(PD).- Si hoy se celebraran elecciones generales, los dos principales partidos sufrirían el castigo más severo por parte de los votantes. Uno por la crisis económica y el paro y otro por sus problemas internos, PSOE y PP se dejarían por el camino más de dos millones de votos, que se distribuirán entre el resto de partidos (excepto ERC, que sigue su caída libre) y la abstención, que crece y crece.
De este goteo permanente de votos que va desangrando a los dos partidos mayoritarios se benefician especialmente UPyD, la formación liderada por Rosa Díez, e Izquierda Unida, que con el cambio de coordinador general parece recuperar en parte el beneplácito de sus seguidores huidos hacia el voto útil o el de castigo. La ex socialista obtendría 571.000 sufragios más (de los 306.000 de las generales hasta 877.000 de ahora), mientras que Cayo Lara sumaría otros 317.000 nuevos apoyos a los 969.946 conseguidos por IU en marzo.
Los datos que arroja la encuesta de NC Report para La Razón confirman la tendencia de voto de los últimos meses. Pero al ciudadano le sigue preocupando mucho más la crisis económica y el paro que los supuestos casos de espionaje en el PP, porque de esos más de dos millones de votantes que dejan de apoyar a populares y socialistas, 1.120.580 no renovarían su confianza en José Luis Rodríguez Zapatero, mientras que los restantes 903.999 darían la espalda a Mariano Rajoy.
Todo este ir y venir de sufragios se traduce en que el PSOE perdería entre seis y ocho diputados y el PP entre dos y, en el peor de los casos, cuatro.