El Gobierno de Míster Látigo

El Gobierno de Míster Látigo

(PD).- Látigo anticapitalista, azote de especuladores, terror de financieros desaprensivos, el Gobierno ha decidido poner en su sitio a la malvada banca que estrangula al pueblo. Se van a enterar esos financieros desalmados, que a Zapatero y Sebastián se les ha acabado la paciencia.

Y escribe Ignacio Camacho en ABC que de momento, para que se note, les han cambiado las mullidas poltronas de cuero blanco de La Moncloa por unos pupitres en los que sólo faltaba el pizarrín para que el presidente castigara a Emilito a escribir cien veces que hay dar créditos a los pobres.

-Oiga, pero ¿la banca no era el sostén del sistema, el sólido corsé de hierro que nos protegía de la quiebra mientras el mundo se hundía?

Eso era antes de «Tengo una pregunta para usted». Ahora los augures demoscópicos de Moncloa han detectado que dar dinero a quienes ya tienen mucho es medida con mala prensa, y hay que azotarles el trasero y ponerles cara de mala leche.

Al principio bastaba con cargarle el muerto de la crisis a Bush, pero éste ya va camino del montepío y conviene buscarse un culpable nuevo para los doscientos mil parados mensuales. Descartada la oposición, que no colaría como chivo expiatorio porque anda demasiado ocupada espiándose a sí misma, les ha tocado a los banqueros, que son los nuevos judíos y, como ellos, no tratan de parecer simpáticos y además son poco amigos de dar dinero a cambio de nada.

Ya tenemos malos perfectos para esta película de terror en que se ha convertido la economía. Dan bien en el papel, tienen tradición antipática, acumulan beneficios y son blanco fácil para la demagogia.

El icono popular de la codicia. A la picota con ellos, pues, que es gratis.

-¿Gratis? Pues como la gente se amotine contra los bancos vamos a tener un serio problema…
A este Gobierno lo que le importa es que no se amotinen contra él, y ya se están empezando a oír voces a favor de la huelga general. Lo único que ha gestionado bien en esta crisis, que fue evitar el riesgo de quiebra financiera, ya lo analiza como un error político.

Ahora lo urgente es cambiar la escenografía del poder, que es la preocupación principal del zapaterismo, y adecuar el vestuario de la representación. Que traigan la túnica de demagogo antiplutócrata, que se la va a poner el tribuno para pasearse por el foro.

Pero que nadie se equivoque, porque el secreto de la demagogia está en su propia superficialidad. Esto son gestos para la galería; a los banqueros sólo los van a estigmatizar de boquilla.

Porque si se cabrean podrían ejecutar ciertos créditos a los que vienen haciendo la vista gorda, y entonces el partido del Gobierno, y todos los demás, se iban a tener que reunir en los locales de la asociación de vecinos…

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído