¿Seguiría siendo juez Garzón en EEUU después de aceptar tales regalos?

¿Seguiría siendo juez Garzón en EEUU después de aceptar tales regalos?

(PD).- «Aquello de lo que se le acusa a Francisco Camps es inferior en cuantía a los regalos que ha aceptado Garzón«. Esperanza Aguirre ha puesto el dedo en la llaga. Garzón y el ex ministro Bermejo se echaron al cuerpo una cacería que, según los expertos, oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros. Fue un regalo. Y es sólo el ápice. ¿Qué les habrían ocurrido en EEUU? El juez agasajado, para más recochineo, acaba de elevar un auto en el que se imputa a Camps por aceptar, presuntamente, unos trajes como «sobornos en especie».

Baltasar Garzón sostiene que los líderes del PP valenciano favorecieron a la trama de Francisco Correa con contratos por 4 millones a cambio de ropa valorada en 12.000 y 7.000 euros. Ahí ha puesto, en medio de la diana, Francisco Camps, presidente de la Comunidad.

Es más que anecdótico que este mismo juez ha estado en las portadas de los medios de comunicación por aceptar un regalo, junto al ministro de Justicia de entonces, Mariano Fernández Bermejo. ¿Declara Garzón a la hora de aclarar las cuentas con Justicia estos cuantiosos regalos o se decanta el juez por el fraude? ¿Y cotiza por sus conferencias? Bermejo dio un portazo y se fue a su casa, pero la misma pregunta se le puede hacer al ahora parlamentario español.

¿Y qué dice el Consejo General del Poder Judicial, tan presto en otras ocasiones a la hora de defender a sus miembros de «los ataques» de la prensa? ¿Por qué calla Carlos Dívar? ¿Seguiría en su puesto un juez que acepta regalos de tal cuantía en EEUU? Esto es lo que dice, aparte de las leyes penales, el Código de Conducta de los Jueces de aquel país.

«Ni el juez ni un miembro de la familia del juez que resida en el hogar del juez deberá solicitar o recibir un regalo, legado, favor o préstamo de cualquier otra persona excepto:

a. un regalo relacionado con un testimonio público, libros, grabaciones y otro material de recursos suministrado por casas editoriales por cortesía para uso oficial, o una invitación al juez y un miembro de su familia para asistir a una función o acto
relacionado con la profesión dedicado al mejoramiento de la ley, el sistema legal, o la administración de justicia;

b. un regalo, distinción o beneficio relacionado con el negocio, profesión u otra actividad separada del cónyuge u otro miembro de la familia del juez que resida en su hogar, incluso regalos, distinciones y beneficios para el uso del cónyuge u otro miembro de la familia como del juez (como cónyuge o miembro de la familia), siempre que el regalo, distinción o beneficio no pueda ser percibido razonablemente como destinado a influir al juez en el desempeño de sus deberes judiciales;

c. hospitalidad social común;

d. un regalo de un pariente o amigo, con motivo de una ocasión especial como una boda, aniversario o cumpleaños, si el regalo es proporcional a la ocasión y a la relación;

e. un regalo, legado, favor o préstamo de un pariente o estrecho amigo personal cuya comparecencia o interés en ningún caso requeriría de cualquier manera que el juez no actuase oficialmente con respecto al caso;

f. un préstamo de una institución de crédito en su curso regular de operaciones en los mismos términos que generalmente están disponibles a las personas que no son jueces;

g. una beca otorgada en los mismos términos y con el mismo criterio aplicado a otros solicitantes; o

h. cualquier otro regalo, legado, favor o préstamo, sólo si:

i. el donante no ha procurado y no está procurando tener actuación en la corte u otra entidad servida por el juez; o

ii. si el donante no es parte u otra persona que se ha presentado o que probablemente se presentará ante el juez o cuyos intereses podrían ser afectados sustancialmente por el desempeño o falta de desempeño de sus deberes oficiales».

Además, asegura este Código:

«El juez deberá informar sobre el valor del regalo, legado, favor o préstamo en la manera requerida por la ley o por la Conferencia Judicial de Estados Unidos».

¿No les sirve de inspiración a los vocales del CGPJ para que rija también a los jueces y magistrados españoles algo parecido?

Además, cada vez son más insistentes las voces que solicitan a la autoridad competente que investigue la liquidación de impuestos de Baltasar Garzón, a fin de comprobar si ha sufragado correctamente los impuestos referentes a regalos y prebendas.

¿CUMPLEN CON HACIENDA LOS POLÍTICOS Y FUNCIONARIOS QUE RECIBEN REGALOS?

Pese a que la ley, a través del Código Penal y otras normas administrativas, trata de atajar la técnica del soborno mediante regalos, la realidad es muy distinta. Cada día, a los despachos de políticos y funcionarios llegan regalos que en algunos casos son simples detalles, pero que en otros tienen precios de escándalo.

Sin ir más lejos, Mariano Fernández Bermejo, ya ex ministro, aceptó una cacería de regalo, junto al juez Garzón, por la que cualquiera debería haber pagado un buen pico. ¿A cambio de qué invita un empresario a un político de primera fila y a un juez a dos o tres euros?

En Estados Unidos, de igual manera que en la Judicatura, este tema tiene una regulación clara. Sin ir más lejos, la saliente secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha tenido que desprenderse de joyas y diamantes por alrededor de medio millón de dólares, que le regalaron jefes de Estado y de gobierno y otros políticos extranjeros.

Según la ley estadounidense, ministros y otros empleados del Estado deben dar a conocer estos presentes anualmente y desprenderse de ellos.

Una entidad gubernamental traslada los regalos a un depósito estatal y en general poco después son subastados y destinados a fines benéficos.

Anecdótico fue el caso de Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca. En una conferencia, admitió públicamente que no tenía un receptor de radio en su hogar.

«Ojalá tuviera una radio. No la tengo. Quizás debería conectar mi iPod».

Sus deseos se vieron cumplidos. Al término de la rueda de prensa, y cuando Gibbs se retiraba a su oficina, el comentarista de la cadena de radio local WTOP Mark Plokin le regaló un enorme aparato de radio.

El director general de la cadena ABC Radio, Steve Jones, también le envió otro receptor. Y el presentador «Kane», de la emisora Hot 99.5, se trasladó en una comitiva desde sus estudios en las afueras de Washington a la Casa Blanca para entregar al portavoz otra radio y un Ipod nuevo.

La mala noticia, para Gibbs, es que la legislación estadounidense sobre regalos a funcionarios no le deja aceptar regalos. EEUU no es España. Ni de lejos.

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