Miles de policías se manifiestan en Madrid para reclamar a Rubalcaba un salario digno

Miles de policías se manifiestan en Madrid para reclamar a Rubalcaba un salario digno

(PD).- Miles de policías -entre 22.000 y 25.000- han recorrido en manifestación las calles de la capital de España -la segunda vez que lo hacen en cinco meses- para pedir un «salario digno», que las diferencias retributivas con los agentes autonómicos «no sigan creciendo» y que se respeten los derechos sindicales.

Los agentes, integrados en los sindicatos policiales (SUP, CEP, UFP y SPP), recomiendan la ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que, «si es mínimamente inteligente», convoque a los sindicatos al día siguiente de la manifestación a un reunión.

La manifestación partió a las 12.00 en unto del mediódia, de la madrileña glorieta de Rubén Darío y recorrió un tramo de la calle de Miguel Ángel para desembocar en el Paseo de la Castellana, desde donde los manifestantes se dirigieron hasta la Plaza de Colón.

El manifiesto final de la convocatoria fue leído por la líder de UPyD, Rosa Díez.

La manifestación contó con el apoyo del PP. Su portavoz de Interior en el Congreso, Ignacio Cosidó, ha expresado su respaldo a las demandas de los sindicatos y ha pedido a Rubalcaba que «cambie su actitud de prepotencia y amenazas por una voluntad real de diálogo».

Cosidó lamenta que los policías tengan que volver a salir a la calle ante los «reiterados incumplimientos del Gobierno y las agresiones del ministro del Interior»:

«La justa equiparación salarial que reclaman los policías sólo será posible una vez superada la terrible crisis económica a la que nos ha conducido el Gobierno de Zapatero con su pasividad e incapacidad. La manifestación de los policías es el mejor ejemplo de la sensación de desencanto, malestar y desconfianza que empieza a tener el conjunto de la ciudadanía ante la incapacidad y la impotencia del Gobierno de Zapatero».

RUBALCABA, SÚBENOS LA PAGA

Al grito de ‘Zapatero embustero’ y ‘Rubalcaba súbenos la paga’, muchos miles de agentes marcharon hacia la sede del Ministerio de Interior, situado en el Paseo de la Castellana. Acudieron -lo que es significativo- muchos comisarios.

Poco después de las 12.00 de la mañana, la cabecera de la manifestación, convocada por cuatro sindicatos policiales, echó a andar con Rosa Díez -encargada de leer el manifiesto al final del recorrido-, Mikel Buesa y la concejal del PP en Bilbao Mª Carmen Sánchez en la segunda línea. De fondo, canciones de Ana Belén y Víctor Manuel como ‘La muralla’.

Esta es la segunda manifestación en cinco meses de los miembros de las Fuerzas de Seguridad reclamando un trato digno de la Administración y denunciando «recortes sociales».

El secretario general del Sindicato Profesional de Policía (SPP), José Ángel Fuentes Gago, se ha mostrado convencido de que se superará la asistencia registrada en la anterior manifestación pese a la ausencia de miembros de la Guardia Civil.

El 18 de octubre de 2008, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se encontró con la primera protesta en la calle de un colectivo en tiempo de crisis. En aquella ocasión, los sindicatos exigían la equiparación salarial con Ertzaintza, Mossos d’Esquadra y agentes municipales.

Ahora, conscientes de la grave crisis que acucia al país, se limitan a exigir que se reconozca esa desigualdad y que, cuando se supere la coyuntura actual, ese reconocimiento se plasme en subidas salariales.

Asimismo, los sindicatos acusan a Interior de imponer una jornada laboral que «imposibilita» la conciliación laboral y familiar con la instauración de turnos de trabajo de 12 horas de servicio continuado, o jornadas laborales de 40 horas semanales de 9 de la mañana a diez de la noche.

ZAPATERO INCUMPLE SUS PROMESAS

El Ministerio del Interior ha reiterado, a través de un comunicado, su voluntad de diálogo con los sindicatos policiales tras la manifestación de hoy.

Interior advierte, sin embargo, que la actual situación económica y la austeridad presupuestaria «hacen muy difícil asumir las demandas que plantean los sindicatos policiales».

«La actual situación económica y la imprescindible austeridad presupuestaria para hacerle frente, hacen muy difícil asumir las demandas que plantean los sindicatos policiales, a pesar de la voluntad negociadora del Gobierno», señala el comunicado.

El Ministerio asegura que en las «múltiples reuniones» que ha mantenido con los sindicatos se ha fijado una agenda de trabajo para abordar la mejora de las condiciones laborales de los policías, el refuerzo del catálogo de puestos de trabajo y medidas relativas al régimen disciplinario y la formación policial.

Interior recuerda que en los últimos años la Administración ha realizado un «importante esfuerzo» para mejorar las condiciones retribuivas de los funcionarios policiales, que se ha traducido, asegura, en un incremento de sus salarios por encima del resto de los funcionarios del Estado. Según el ministerio, los funcionarios policiales han visto incrementado su salario un tres por ciento de media, un punto más que el resto de los funcionarios.

En el comunicado Interior subraya que desde 2004 se ha producido una oferta de empleo público para el Cuerpo Nacional de Policía y para la Guardia Civil de 45.016 plazas que han permitido que el número de funcionarios de los cuerpos policiales haya aumentado en 23.562 agentes más, casi un 20%.

EL DISCURSO DE ROSA DÍEZ

Buenas tardes a todos los policías
nacionales, guardias civiles y
familiares y amigos que hoy han
querido dar un paso en la senda del
compromiso para venir a Madrid y
reclamar, con su presencia, más
respeto y una apuesta real, inmediata
y verificable del Gobierno por un
colectivo de 61.000 funcionarios que
asume una de las labores más vitales
para nuestra democracia: la
protección de los derechos
fundamentales y libertades públicas.
El Gobierno y su Ministerio del
Interior han olvidado muchas cosas.
Han olvidado que la Policía garantiza
nuestra seguridad, protegiéndonos de
la amenaza del terrorismo, del tráfico
de drogas, de las mafias dedicadas a
la inmigración ilegal, de las bandas
que asaltan nuestras viviendas y

negocios, de los asesinos, violadores
y maltratadores.
El Gobierno ha olvidado que son los
policías nacionales los que se juegan
la vida en las calles de nuestro país
para detener a todo tipo de
delincuentes.
El Gobierno se ha olvidado de las
personas. Porque los protagonistas de
cumplir una labor de tanta
importancia y riesgo son castigados
con el salario más bajo de todos los
que perciben los Cuerpos y Fuerzas
de Seguridad.
Porque el Gobierno ha olvidado que
las grandes políticas de Seguridad las
ejecutan personas. Personas a las
que, primero en un programa
electoral y luego en una mesa de
negociación laboral, se les prometió
dignificar sus sueldos. Mucho antes
de sufrir la actual crisis económica.

El Gobierno olvida que los policías
nacionales salen a la calle todos los
días para cumplir con su
responsabilidad constitucional y
proteger a la sociedad.
Cumplen pese a tener los salarios
más bajos.
Cumplen pese a tener que comprar
ellos mismos las herramientas
esenciales que garanticen su
seguridad y su propia vida.
Cumplen pese a sufrir unas
condiciones laborales que dificultan la
viabilidad de cualquier proyecto de
vida familiar o personal.
Cumplen pese a comprobar cómo el
Ministerio del Interior aprueba
mejoras salariales en 2005, en plena
situación de bonanza económica, para
luego no aplicarlas, amparándose

ahora, cuatro años después, en que
no hay dinero.
Cumplen a pesar de las continuas
transferencias de fondos millonarios
que el Gobierno realiza a favor de
otras Administraciones, para las que
no debe existir la crisis. Sólo una de
ellas, la librada en 2008 para la
Generalitat de Cataluña, equivale al
sueldo de todo un año de 25.000
policías nacionales de la escala
básica. O el presupuesto destinado a
subvencionar el cine español en 2009,
que representa el salario anual de
3.500 agentes.
Al ministro del Interior, que ha puesto
al frente de la Dirección General de la
Policía y de la Guardia Civil al político
más gris y pusilánime de todos
cuantos han asumido esta
responsabilidad en democracia, sólo
le preocupa elaborar decenas de
grandes planes, cuadrar sus
estadísticas, o cambiar una y otra
vez la estructura de su departamento

para acoger a un sinfín de órganos de
análisis que, paradójicamente, se
nutren del trabajo que realizan en la
calle las estructuras policiales más
olvidadas y humilladas por el
desprecio al que se ven sometidas.
El ministro sabe que la Policía está
mal pagada.
Sabe que no tiene los medios
suficientes para cumplir con su labor.
Sabe del malestar de los funcionarios
y conoce perfectamente la calculada
estrategia que sus mandos policiales,
capitaneados por el Director Adjunto
Operativo, están desarrollando para
boicotear sistemáticamente cualquier
cauce de negociación con los
sindicatos.
Por ello, desde aquí queremos
interpelar al ministro para que cuente
a la sociedad española cuál es su
modelo policial.

Si Seguridad es sinónimo de bienestar
en cualquier democracia,
¿Qué pretende este ministro, al
protagonizar el mayor retroceso en
derechos y libertades sindicales de
toda la democracia?,
¿Qué pretende al incumplir de forma
reiterada sus promesas electorales
plasmadas por escrito en el programa
de su partido?
¿Cómo puede explicar a la sociedad
española que las grandes operaciones
que tantos réditos mediáticos le
proporcionan son sólo el resultado de
la profesionalidad, esfuerzo y
compromiso de unos policías mal
pagados, con escasos medios y con
jornadas laborales más propias de
sistemas predemocráticos?
Por todo ello, y aprovechando el
esfuerzo realizado para estar hoy

aquí, queremos trasladar un mensaje
a nuestros conciudadanos y al
Gobierno.
Nuestra profesionalidad no se va a
resentir.
Nuestro compromiso con las
libertades y la seguridad es
permanente.
Pero nuestra reivindicación no
termina aquí.
Nuestras reclamaciones son justas.
Esa es nuestra fuerza. Esa es nuestra
voluntad inquebrantable.
Y, a pesar de las risas nerviosas y
desprecios de algunos mandos
policiales y de los responsables del
Ministerio del Interior, vamos a seguir
apostando por una Policía de primera,
con unos sueldos dignos, con los
medios necesarios para ser eficaces
y, por supuesto, con los derechos

laborales exigibles en cualquier
Estado de Derecho.
Porque pedimos respeto profesional y
justicia salarial. Este es el momento,
señor Rubalcaba. Este es nuestro
momento. Rectifique y cambie el
rumbo de uno de los mayores
ataques a los derechos de un
colectivo de funcionarios que se
juegan la vida todos los días.

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