(PD).- No ha sido sólo la cúpula de Barceló; el despilfarro del Ejecutivo socialista no tiene precedentes. Entre 2004 y 2008, durante la gestión de Leire Pajín al frente de la Secretaría de Estado de Cooperación, España destinó más de ocho mil millones de euros en subvenciones para organismos internacionales a los que hay que sumar los casi diez mil destinados a cooperación bilateral. Todo el que ha pedido ha recibido alguna ayuda, menos los ciudadanos españoles.
Cuenta ABC que los diputados populares están más que mosqueados por la gestión de Pajín como secretaria de Estado de Cooperación. «Parece que aquí se ha estado tirando de la chequera con una enorme alegría y todo el que nos ha pedido dinero lo ha recibido», dicen. Y no les falta razón.
No sólo por la cantidad destinada (8.283.256.397), que es llamativa, sino por el crecimiento desorbitado desde los 842 millones en 2004 a los tres mil en 2008.
Los organismos internacionales, como el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE e Intermón, han advertido del despilfarro por la falta de objetivos estratégicos.
El CAD advierte que «es urgente poner a punto una estrategia que fije las motivaciones, los objetivos y las modadlides de este compromiso multilateral, incluso en el marco de la UE, de manera más detallada, con el fin de evitar que las dotaciones estén determinadas en función de las posibilidades de financiación, en vez de obedecer a consideraciones estratégicas».
Intermón, por su parte, asegura que «parece existir una excesiva dispersión geográfica, sectorial e incluso institucional de las aportaciones realizadas, que oscilan entre los 30.000 euros y los 22 millones» y que España «debe defender un enfoque de desarrollo y acabar con la fragmentación de su presencia multilateral».
La gran ocasión que supone el aumento de los recursos para ayuda al desarrollo, debe implicar que la Administración española asuma un papel que, hasta el momento no desempeñó, en contribuir al debate global sobre el gobierno de los organismos de desarrollo global.
Según estos informes, los diputados del PP han llegado a la conclusión de que España están dando mucho dinero de forma descontrolada y que estas partidas no han ido acompañadas del aumento de presencia de directivos españoles en los organismos que subvenciona.
Para Gonzalo Robles, portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Exteriores, «parece que nosotros pagamos y otros deciden» y recuerda que España ha pasado de 308 directivos en 2005 a 285 en 2007.