(PD).- Banderas independentistas poblaron Mestalla. Una estruendosa pitada unió a la mayoría de las dos aficiones cuando comenzaron a sonar las primeras notas del Himno Español. Pese a que TVE hizo lo que pudo para tapar esta realidad, es lo que hay. Y la pregunta surge inmediata: ¿Si no se sienten españoles por qué aceptan jugar la Copa del Rey y, peor, la quieren ganar? ¿Por qué no organizan una competición regional? Ni a Anasagasti(PNV) ni a Ridao(ERC) se les ocurre ninguna respuesta.
Televisión Española, que retransmitía el encuentro en directo, aprovechó el momento para conectar con San Mamés, donde se habían reunido miles de seguidores del Athletic, y dejó a los telespectadores sin escuchar la protesta de la grada.
El Rey, acompañado de Doña Sofía, aguantó en el palco y, pasado el chaparrón, volvió a saludar a los aficionados como si nada hubiera pasado. Ni siquiera vio una gran pancarta que, unos minutos antes, se había desplegado en la Grada de la Mar, frente al palco, en la que se podía leer We are nations of Europe. Good Bye Spain (Somos naciones de Europa. Adiós España) con fotos de Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy y firmada por partidos radicales. Apenas duró unos instantes.
Todo eso se escuchó y se vio en el interior del estadio de Mestalla. Eso es lo que hay.
Iñaki Anasagasti, senador del PNV, y Joan Ridao, El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, consideran que:
«Lo que pasó ayer es algo normal en democracia».
Anasagasti ha restado importancia a los pitidos que se produjeron y espetó que «cuando se celebraba la Copa del Generalísimo, no podía pitar nadie».»El Athletic ha recibido en su tiempo la Copa del Rey Alfonso XIII; la Copa del presidente de la República en tiempo de la República; la Copa del Generalísimo, donde ahí no podía pitar nadie; y ahora la Copa del Rey, es decir ahora se puede pitar y la gente pita», insistió.
Anasagasti resaltó que al tema de los pitidos «hay que darle la importancia que tiene, ninguna más», y que, a su entender, lo importante es «el buen rollo» que hubo entre las aficiones y «el buen rollo del vasco en Valencia».
Ambos representantes nacionalistas han acudido a ‘los desayunos de TVE’ a defender la escandalera antiespañola. José Luis Ayllón, Secretario General del Grupo Parlamentario Popular trataba de desmontar los argumentos de los nacionalistas. Pero ha sido la periodista Lucía Méndez, del periódico El Mundo, la que ha descolocado a los representantes de los partidos independentistas, al preguntarles si no es contradictorio que estuvieran ahí, en la final de la Copa del Rey, dado que son antiespañoles y antimonárquicos.
El locuaz Anasagasti, mudo. Riado ha eludido la respuesta:
«No hay que confundir lo politico con lo deportivo».
Sólo Ayllón ha defendido la postura contraria -y sensata-:
«A mi no me parece normal, me parece preocupante y una falta de respeto que se pite al Himno».
ANASAGASTI, UN ANTIESPAÑOL QUE ‘CHUPA’ DE ESPAÑA
Lo escribía de una manera muy gráfica Pedro Fernández Barbadillo en su blog de Periodista Digital horas antes de producirse el encuentro.
«Al senador del Reino de España Iñaki Anasagasti le da «asco» la misma democracia que le permite cobrar un considerable sueldo sin apenas trabajar (¿lo ganaría en la empresa privada?). Al senador del Reino de España Iñaki Anasagasti le asquea el jefe del Estado, don Juan Carlos I, porque lo nombró Franco, cuando los gudaris, como el padre de Anasagasti, se rindieron en 1937 a Mussolini. El senador del Reino de España Iñaki Anasagasti repite e insiste en que no es español».
«Sin embargo, el senador del Reino de España Iñaki Anasagasti quiere que su Athlétic gane la Copa de fútbol del Rey de España. ¿Alguien entiende semejante contradicción? Si un país extranjero ocupase el mío (cada vez me importa menos lo que les ocurra a los expañoles, sinceramente), me repugnaría que un equipo de fútbol español participase en su liga. ¡Será que soy un intolerante…!»
«El senador del Reino de España Iñaki Anasagasti usa su web para promover el desacato y el insulto a los símbolos del Reino de España, cuya Constitución aprobaron los vascos en el referéndum de 1978, y al lendakari electo por los ciudadanos y el Parlamento vascos. Si esto lo hiciese un particular no aforado, como Federico Jiménez Losantos, por ejemplo, se le caería el pelo (¡menuda envidia, ¿eh, Iñaki?, tener pelo que se caiga!).»
Y concluye Fernández Barbadillo:
«Comprendo, Iñaki, que la democracia española te dé asco. Fíjate que esa democracia permitió que los socialistas españoles os cediesen seis senadores para que formáseis grupo parlamentario y recibieseis más dinerito español. ¿Qué dirian los Arana de un morrosko como tú que tiene que juntarse con maketos para ganarse las habichuelas?»
«A mí también me da asco una democracia gracias a la cual tú ya tienes garantizada la pensión máxima de la Seguridad Social y que permite que tus compañeros diputados me ataquen sin darme la ocasión de defenderme».
