(PD).- No se corta un pelo. Pepiño considera que haber revelado el número de escoltas que protegen a José María Aznar, medio centenar según sus cálculos, no sólo no pone en riesgo la vida del ex presidente del Gobierno, sino incluso puede tener «un efecto disuasorio» para los terroristas. «¡Qué vergüenza!», le han gritado desde la bancada ‘popular’. Y con razón.
Blanco ha expuesto este miércoles este argumento en la sesión de control del Congreso, en respuesta a una pregunta del diputado del PP Jaime García Legaz, quien le ha reprochado la «imprudencia» que cometió durante la campaña electoral al desvelar que a Aznar le protegen 50 policías, comentario criticado incluso desde la propia Policía.
Este diputado ha hecho hincapié en que José María Aznar fue víctima de un atentado de ETA, del que se salvó gracias al blindaje de su vehículo, y que sigue en el objetivo de esta banda terrorista.
Sin embargo, el vicesecretario general del PSOE le ha apuntado que le parece «exagerado» afirmar que «estimar públicamente» el número de agentes que custodian a Aznar ponga en riesgo su vida.
«Más bien me parece al contrario, que desvelar el número de escoltas que lleva, por su volumen, más bien tendría un efecto disuasorio».
Ha habido sonoras protestas de los diputados del PP, entre ellas la de un parlamentario que ha gritado:
«¡Qué vergüenza!»
Según el titular de Fomento, lo que pretendió durante la campaña con su comentario sobre la protección de José María Aznar era poner de relieve la «hipocresía» del PP y su aplicación de la «ley del embudo: lo ancho para unos y lo estrecho para otros».
En este sentido, ha recordado que el dispositivo de seguridad de Aznar lo determina Presidencia del Gobierno, al igual del que tiene el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.
Como durante la campaña electoral el PP ha criticado reiteradamente a Zapatero por usar un avión Falcon de la Fuerza Aérea para sus desplazamientos, una práctica que el Gobierno justifica por motivos de seguridad, Blanco ha advertido a los «populares» que «no pueden cuestionar una cosa y avalar otra».
Además, al dirigente socialista le ha parecido que García Legaz ha tenido una buena oportunidad para «estar callado» y no llevar el asunto al Parlamento si de verdad le preocupa el debate público sobre la seguridad de Aznar.
