(PD).- ¿Y el Rey? Esa era la pregunta que se hicieron muchos en la inauguración de la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona. La respuesta hay que buscarla en el interés de ZP de concentrar todo el protagonismo ante la comunidad que le hizo ganar las elecciones generales.
Tras la derrota de las europeas, el monarca sobraba para los socialistas en un momento en que no podían darse el lujo de no capitalizar la apertura de una obra que costó 1.258 millones de euros de inversión. «Demasiada escenificación para compartirla con D. Juan Carlos», pensaron los socialistas.
Al mismo tiempo, Zapatero prometió cerrar en los próximos días un pacto que supondrá una financiación per cápita para Cataluña que por primera vez se situará por encima de la media del conjunto del Estado. «En poco tiempo, la descentralización [del modelo aeroportuario] y ahora la financiación, president», afirmó dirigiéndose a Montilla.
El nuevo aeropuerto concentró una larga lista de autoridades, entre las que faltaron los dirigentes de Esquerra Republicana, que han declinado la invitación para protestar por lo que consideran «la perpetuación de un modelo centralista e injusto de gestión aeroportuaria por parte del Estado», según la portavoz parlamentaria Anna Simó.
Así pues, no hubo republicanos en el aeropuerto (a excepción de los cargos institucionales de ERC), pero tampoco el Rey, a quien extrañamente el Gobierno no ha invitado a presidir la inauguración de la obra pública más importante puesta en marcha en Cataluña en los últimos años, con más de 5.000 millones de euros de inversión.
Según apunta e-noticies, ZP habría querido asumir todo el protagonismo de la inauguración de la nueva terminal, para intentar demostrar que la administración central invierte en importantes infraestructuras catalanas.
