(PD).- Hay gente dentro de la «Casa» que no traga a Alberto Saiz y raro es el día que no le dan un disgusto en forma de filtración. La de este lunes El Mundo tiene que haber puesto de los nervios al jefe de los espías españoles, porque lo deja como unos zorros.
La semana pasada, tras la publicación de las denuncias hechas por determinados agentes y mandos del CNI sobre las irregularidades cometidas por su director, el responsable de seguridad del Centro tomó una iniciativa sin precedentes: ordenó la aplicación de la prueba del polígrafo, también conocido como de la máquina de la verdad, a una decena de agentes sospechosos de haber filtrado información.
En todo este rocambolesco y casi ridículo asunto hay un protagonista ausente. José Bono, presidente del Congreso, el gran José Bono, a quien los dos presidentes socialistas deben un favor extraordinario: Felipe González, que todavía no habrá olvidado el día en el que Pepe Bono organizó una amable reunión social en la finca de Quintos de Mora, para que Felipe conociera en carne mortal y rosa al candidato que le seguiría en la lista del PSOE por Madrid, un juez llamado Baltasar Garzón Real.
Como subraya Santiago González en su blog, Zapatero tampoco va a olvidar que fue el mismo Pepe Bono quien le recomendó para director del CNI al consejero de Industria de Castilla-La Mancha.
En esto, al fin y al cabo, le proporcionó un nombre que estuvo muy a tono con la capacitación que Zapatero ha buscado para el cargo en muchos de sus ministros.
Y ministras, claro. Podría afirmarse que la causa de la caída en desgracia de Cristina Garmendia es que era una profesional con experiencia en la innovación tecnológica y no hay nada que proporcione tanta garantía como la cuota.
LOS QUE SE NIEGAN A DECLARAR
Al menos tres de los espías citados por Saiz se negaron a pasar por la prueba del detector de mentiras, tras consultar con los servicios jurídicos del propio Centro.
Los agentes del servicio de espionaje no están obligados a someterse a dicha técnica, que, hasta este momento, ha sido utilizada en contados casos y exclusivamente para los fines propios del Centro: la defensa de los intereses nacionales.
Algunos de los requeridos son agentes del máximo nivel que llevan muchos años en el CNI, según informa Casimiro García Abadillo en El Mundo.
Según las fuentes consultadas, sostienen que la solicitud es una muestra de desconfianza injustificada por parte de la dirección del Centro, al margen de una humillación. Por otro lado, los resultados del polígrafo no son siempre del todo fiables y, de hecho, el sistema judicial español ni siquiera considera su uso para validar las declaraciones de testigos o imputados en procesos civiles o penales.
Ninguna de las pruebas realizadas a los agentes que aceptaron someterse al polígrafo dio resultado positivo. Pero, en algún caso, el resultado fue no determinante, por lo que a los agentes que están en esa situación se les ha requerido para que vuelvan a someterse a otra sesión.
