Rajoy cierra el círculo

Rajoy cierra el círculo

(PD).- Coincidiendo con el primer aniversario del congreso de Valencia -aniversario que se quiso celebrar de forma multitudinaria en el feudo del presidente de la Generalitat, el imputado Francisco Camps, pero que se suspendió a última hora por el atentado de Arrigorriaga-, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha cerrado el círculo y se ha garantizado la candidatura a la Presidencia del Gobierno para el 2012.

Como subraya José Oneto en Estrella Digital, fortalecido por los resultados de las autonómicas gallegas y vascas, y por el triunfo en las pasadas europeas, Rajoy ha desactivado en una semana a dos posibles rivales: Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, que desde el fracaso electoral del Partido Popular en las generales del 2004 ha reconocido públicamente sus aspiraciones a la candidatura de la Presidencia del Gobierno, y Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad madrileña, que hace un año no se atrevió a dar el paso de presentar su candidatura alternativa en el congreso de Valencia, tal como le aconsejaba su círculo mediático, que calculaba que hubiera conseguido casi un veinticinco por ciento de los votos.

Gallardón, que había anunciado que no estaba en condiciones de afrontar un tercer mandado al frente de la alcaldía madrileña, se vio sorprendido, en pleno periplo mexicano, que montó para no estar presente en Madrid el día de las elecciones europeas, por unas declaraciones de Rajoy en las que afirmaba que era el mejor candidato que tenía el partido para ese puesto.

Tardó casi una semana en contestar y, al final, temiendo quedar descolgado políticamente y en una situación desairada si Madrid no sale elegida este otoño como sede de los Juegos Olímpicos del 2016, ha aceptado el ofrecimiento de Rajoy, aunque fuentes del partido en Madrid se han encargado de recordar que son ellos los que tienen que hacer la propuesta definitiva.

La misma propuesta, revalidar su candidatura para la Comunidad, le ha hecho el presidente del PP a Esperanza Aguirre, que no ha tardado seis días en aceptar sino sólo unas horas, convencida, como estaba, de que desde Génova había algunos que estaban dispuestos a promover una renovación total dentro del PP madrileño y poner en discusión su candidatura.

Con Gallardón de nuevo en la lista de espera y confiado en que se le haga un hueco en las listas para las generales -la gran batalla que perdió frente a Esperanza Aguirre- y con la presidenta de la Comunidad «reconciliada», por el momento, el presidente del PP, con habilidad y paciencia, se ha quitado de encima dos problemas y dos posibles adversarios políticos.

El tercero, el presidente de la Comunidad valenciana, Francisco Camps, a la espera de lo que decida el Tribunal Superior de Justicia de Valencia sobre el ‘caso de los trajes’, parece controlado y no está en condiciones de dar ninguna batalla en otras aspiraciones que vayan más lejos de la Presidencia de la Generalitat por el desgaste político que para él ha supuesto todo el escándalo de la ‘operación Gürtel’ en Valencia.

Con el sector crítico más o menos controlado, sin una figura capaz de aglutinar una alternativa distinta a la actual, Rajoy, que ha aguantado lo que no está escrito, tiene sólo un problema que le puede complicar su estrategia de «ver y esperar»: el desarrollo del ‘caso Gurtel’, la posible imputación del tesorero nacional Luis Bárcenas por parte de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, las conexiones de Bárcenas con otros hombres claves del partido que forman parte del círculo más íntimo del actual presidente y que son los que han estado aconsejándole sobre los pasos a dar, y lo que pueda declarar el propio Bárcenas en el caso de ser llamado por el Supremo.

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