(PD).- El Tribunal Supremo ha rechazado la admisión a trámite de la querella presentada por un particular contra el ex ministro Mariano Fernández Bermejo por haber cazado en dos fincas ubicadas en Andalucía sin tener licencia para ello. Los jueces han dejado escapar al furtivo Bermejo, el fiscal-político.
El Tribunal Supremo ha archivado una querella que fue presentada el pasado mes de marzo por una ciudadana particular contra el ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, al que acusaba de incurrir en un delito relativo a la protección de la fauna por intervenir en dos cacerías careciendo de licencia para realizar tal actividad.
La querellante imputaba a Fernández Bermejo, actualmente diputado del PSOE -razón por la que este asunto se ha tramitado en el Supremo, dada su condición de aforado- el haber matado cuatro ciervos sin licencia en el transcurso de una cacería que tuvo lugar en la finca ‘Navaltoro’ en Andújar (Jaén), así como jabalíes en otro coto, en Cabeza Prieta , cuando en dicha finca sólo se autoriza dar caza a ciervos, gamos y muflones.
El Tribunal Supremo estima que ni en el escrito de la querella ni en su ampliación se imputa al querellado un hecho que pueda subsumirse en el delito denunciado, puesto que si en «Navaltoro» el ministro abatió cuatro ciervos sin licencia «podría existir una infracción administrativa», pero en ningún caso una actuación delictiva.
Respecto a la caza de jabalíes, el auto del Supremo rechaza que haya delito por qué éste sólo existiría sise matan especies cuya caza está expresamente prohibida por las normas, lo que no acontece en este caso «pues la caza del jabalí está permitida en la mayor parte de los restantes cotos de Sierra Mágica».
La Junta de Andalucía sancionó el pasado mes de marzo con una multa de 2.000 euros al ex-ministro por cazar dos días en dicha comunidad sin tener licencia. Dichas actividades cinegéticas no sólo le costaron 2.000 euros a Fernández Bermejo, sino también su puesto al frente de la cartera de Justicia. El hecho de que el entonces ministro socialista se fuese a cazar con el juez Baltasar Garzón, cuando éste estaba instruyendo la operación Gürtel, constituyó todo un escándalo. Zapatero se vio obligado a forzar la dimisión de Bermejo.
