(PD).- Ya habían avisado Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y todos los barones del PP sin excepción que la forma en la que Zapatero había llevado la negociación sobre el nuevo modelo de financiación autonómica no les gustaba lo más mínimo. Antes y después de que Elena Salgado hiciera público el borrador, los populares han venido denunciando la ruptura del principio de solidaridad entre comunidades que augura el nuevo reparto.
Pero quedaba un misterio por desvelar. ¿Daría la Dirección del PP instrucciones a sus presidentes regionales para que se abstuvieran o incluso se opusieran al nuevo modelo en la votación del Consejo de Política Fiscal y Financiera o dejaría Rajoy que cada cual votara según su propio criterio? Esta segunda opción era peligrosa, puesto que rompería la imagen de unidad del partido, necesaria en un asunto tan trascendente como lo es éste. Y suponía, además, caer en la trampa de los socialistas, que a buen seguro habrían intentado rentabilizar medáticamente una división de voto en las filas populares, según informa El Semanal Digital.
Al final, las comunidades gobernadas por el PP mostrarán su rechazo al acuerdo cocinado por Zapatero y José Montilla absteniéndose, y de esta forman no renuncian a su porción del pastel pero a la vez evidencian su descontento. No en vano, el propio Mariano Rajoy las animó este mismo martes a «defender sus intereses».
Así lo decidieron en una reunión en Génova 13 a la que este martes convocó Javier Arenas a sus consejeros de Economía, en presencia también del responsable económico, Cristóbal Montoro. El vicesecretario de Política Autonómica y Local creía necesario consensuar una única postura y esa es que, por responsabilidad, no pueden apoyar un modelo del que aún se desconocen las cifras concretas y fruto de «un pacto con ERC, y no de un pacto de Estado». En la reunión hubo debate, puesto que algunas comunidades -Madrid y La Rioja entre ellas- eran más partidarias del «no» sin medias tintas. Pero finalmente se optó por una solución más light.
Los populares fundamentan su decisión en seis argumentos: es un modelo «insolidario» porque buena parte de los recursos adicionales son para las comunidades más prósperas; castiga las bajadas de impuestos y «premia las subidas»; carga a los gobiernos regionales con todo el coste de la Ley de Dependencia; utiliza variables de reparto «muy arbitrarias»; no comtempla ningún tipo de garantía para que las comunidades sigan prestando los servicios básicos en caso de que falte dinero; y es un sistema «poco transparente y complejo».
Si durante el Consejo de Política Fiscal y Financiera las comunidades del PP se abstendrán, en el Congreso la postura de los populares será mucho más contundente. Así, cuando después del verano llegue a la Cámara Baja la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, los de Rajoy votarán en contra.
