Las piruetas de El País para explicar su cambio en la negociacion con ETA

Las piruetas de El País para explicar su cambio en la negociacion con ETA

(PD).- Se inventaron eso de «proceso de paz» para meter en la garganta de los españoles un sapo. Los medios adeptos y los Sopenas, Iglesias, Landáburus y demás orfeón mediático del Gobierno se encargaron de arremeter contra los que se negaban a tragar que un Estado se sentara a negociar con terroristas. Ahora es la propia ETA la que reconoce que si no se negocia con ellos, están perdidos, «hay que bajar la persiana». Los que nos opusimos, teníamos razón. ¿Van a pedir perdón por tanto insulto? ¿Quién era, como ellos decían, los que no querían que ETA dejara de matar? Son los circenses saltos mortales de Prisa para explicar su cambio en la negociacion con ETA

Sólo hacía falta molestarse en mirar por encima la historia de ETA y no ser «lorito» del Gobierno. Con esos dos ingredientes, ni al más corto de miras se le escapaba que sentar a una banda terrorista a negociar tú a tú con un Estado era algo más que una insensatez. Pese a eso, el aparato propagandístico del Gobierno socialista se puso a trabajar a marchas forzadas y no había obstáculo para hacer tragar a la ciudadanía que esa tropelía ineficiente era un «proceso de paz». O de pazzzzzzz.

Pero no hay nada como que sea la propia ETA la que desmorone su estrategia. Uno de los dirigentes políticos del ala más dura de la banda, el abogado José María Matanzas Gorostiaga, Txema Matanzas, en prisión por pertenecer a Kas-Ekin-Xaki, el aparato ideológico, estratégico e internacional de los facinerosos, lo dice claro.

Revela Luis E. Aizpeolea en El País que en un documento intervenido por la policía hace pocas semanas, Matanzas plantea que ETA y la izquierda abertzale tienen que interiorizar que «el Estado no va a volver a negociar», y proclama abiertamente que la banda debe abandonar el terrorismo.

«Ha llegado la hora de cerrar la persiana».

Matanzas afirma que sus reflexiones plasmadas en el citado documento son «resultado de un análisis de elementos objetivos».

Califica la situación en que se encuentran ETA y su entramado político de «caótica» y se adelanta a los dirigentes que supone que le van a acusar de que «la cárcel le ha vencido» con un desafío:

«Les reto a ver quién aguanta más en la cárcel».

Como escribe Santiago Gónzalez en su blog personal, «de todo el relato, que es muy verosímil, sólo chirría este párrafo del periodista»:

Tras las elecciones de marzo de 2008, el PP cambia su estrategia de utilizar el terrorismo como arma de confrontación con el Gobierno de Zapatero y opta por el acuerdo, con la garantía del Ejecutivo de que ya no habrá nuevos procesos de diálogo con ETA si no abandona las armas. Matanzas lo ve así: «En resumen, miro la foto desde fuera y percibo con claridad un Estado más homogeneizado, con un pacto -ahora más real- entre PP y PSOE. Y la factura de la T4 sin pagar. Esto es: no va a haber nuevo proceso de negociación política ni acercamiento al mismo en ningún caso».

Y sigue González:

¿De verdad es esa la cuestión?¿Es el PP que ha cambiado su estrategia y arrima el hombro o es el PSOE que ha arrinconado su estúpida y fracasada estrategia negociadora para adoptar otra que el PP sí puede apoyar porque es lo que ha sostenido durante toda la legislatura anterior? Llama la atención esta frase: «(El PP) opta por el acuerdo, con la garantía del Ejecutivo de que ya no habrá nuevos procesos de diálogo con ETA si no abandona las armas». [Son el PSOE y el Gobierno quienes han cambiado su estrategia y su discurso, según parece. Y según le parecía a El País y al resto de los periódicos el 14 de mayo de 2005. También parece que esa condición ya la puso el PSOE entonces, salvo que una lectura alternativa del titular, nos lleve a la conclusión que quien debía dejar las armas esa el PSOE o quizá el Congreso.] A ETA sólo le preocupaba la unidad PSOE-PP por una cosa: así tendría garantizado que el partido de la oposición no desharía el trato en caso de ganar las elecciones.

Ahora sólo falta saber a qué responde la información. La advertencia ya la lanzó Jaime Mayor Oreja en una intervención junto a José María Aznar en Campus FAES: hay en marcha una «reformulación» de la negociación, con un entorno de la banda reconvertido en izquierda nacionalista y con una sociedad «narcotizada» ante la que se presente esta opción como la única posible para acabar con la banda.

Cuando hasta la propia ETA reconoce lo evidente (y hasta El País la publica), ¿reconocerán los portavoces mediáticos del Gobierno socialista que defendieron lo indefendible? ¿Pedirán perdón por los insultos a las víctimas del terrorismo y a los millones de españoles que se negaron a hincarse de rodillas como ellos hicieron?

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