(PD).- Un atentado de madrugada en la casa cuartel de Burgos, una masacre que pudo ser y afortunadamente se quedó sólo en 65 heridos y un país atemorizado por los malos augurios de Alfredo Pérez Rubalcaba, que no descarta que ETA siga sembrando el pánico durante el verano. ¿Y dónde estaba José Luis Rodríguez Zapatero?
El presidente tardó nada menos que 14 horas en comparecer para condenar el mayor atentado en lo que va de año. No estaba de viaje, sino en La Moncloa. Y tampoco tenía ningún acto programado en la agenda hasta las seis de la tarde, cuando debía recibir en su casa a Alberto Contador para felicitarle por su segundo Tour, según escribe El Semanal Digital.
Sólo entonces, cuando ya todos los partidos habían expresado su total rechazo a la violencia (con la excepción del brazo político de ETA), el presidente aprovechó que tenía previsto pronunciar unas «breves palabras» -así lo anunciaba su agenda- de felicitación al ciclista para leer un breve comunicado institucional. Sin preguntas.
El presidente expresó su respaldo a la Guardia Civil y aseguró que los autores de esa acción terrorista estarán pronto en la cárcel y que se trabaja para reducir la violencia a la mínima expresión. «Esta locura y este fanatismo criminal cuenta con el desprecio más absoluto de toda la ciudadanía española», afirmó.
De igual forma, agradeció a todas las instituciones la reacción que han tenido ante un atentado que, afortunadamente, no causó víctimas mortales. Reacción que él tardó más de medio día en tener, puesto que delegó toda la responsabilidad en su ministro del Interior. Incluso otros cuatro ministros -José Blanco, Francisco Caamaño, Manuel Chaves, Cristina Garmendia y Celestino Corbacho- tuvieron palabras de condena al brutal atentado antes que el presidente del Gobierno.
La potente furgoneta-bomba que utilizaron los etarras fue aparcada pasadas las dos de la tarde del martes, casi 14 horas antes de la explosión y después de que su conductor diera varias vueltas para encontrar un lugar idóneo. El visionado de las cintas de las cámaras de seguridad instaladas en el perímetro del acuartelamiento permitió captar el momento. Por el momento no ha podido determinarse el número de terroristas que participaron en el atentado o cómo huyeron del lugar.
Los etarras dejaron la furgoneta -una Mercedes Vito- estacionada en una zona de aparcamiento en superficie situada a casi 20 metros de la fachada del edificio de la Casa Cuartel en el que dormían 120 personas, entre ellos más de 40 niños. La furgoneta no llamó la atención de los agentes, ya que portaba matrículas dobladas correspondientes a otro vehículo de las mismas características matriculado precisamente en Burgos. Puede tratarse de una de las robadas en los últimos días en Francia por la banda terrorista.
