(PD).- Mientras el pacifista ZP y su inefable ministra de Defensa se pierden en circunloquios y eufemismos, la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) y la Asociación de Militares Españoles (AME) prefieren llamar a las cosas por su nombre y dudar de la «capacidad real» de España para hacer frente a una misión en Afganistán que «no es de reparto de caramelos».
En declaraciones a Servimedia, el secretario general de AUME, Mariano Casado, se preguntó si, en el caso de incrementar el número de soldados en Afganistán, España tendría «la capacidad real para sobrecargar las unidades, para que los relevos sean los adecuados y no a costa de los derechos de los militares y de sus familias».
Según dijo, en la misión afgana, con unas condiciones y objetivos que no hay que modificar, «son las circunstancias las que mandan», por lo que los soldados allí destacados tendrán, en ocasiones, que combatir y basar sus actividades en la autodefensa. Algo que calificó de «incuestionable».
Por su parte, el secretario general de AME, José María Pairet, aseguró que la misión de los soldados españoles en Afganistán «es una cosa seria», ya que la situación es de «guerra civil continuada». A pesar de que el cometido de las tropas españolas sea el de reconstrucción del país, la misión no es la de «reparto de caramelos» y en ocasiones conlleva combate.
El anuncio de la ministra de Defensa, Carme Chacón, de que España puede aumentar el número de sus efectivos es una decisión acertada, y lo sería aún más -como recuerda el editorial de ABC- si viene acompañada de más medios técnicos para que puedan cumplir sus funciones con todas las garantías: más helicópteros, más vehículos blindados y todos los elementos disponibles para mejorar su capacidad de inteligencia.