(PD).- La presión policial y judicial y el descenso en el pago de las extorsiones por parte de empresarios han provocado una merma considerable de los ingresos de la banda. La crisis económica ha llegado a la banda terrorista. Tras los análisis de la documentación incautada al ex jefe de la banda, Francisco Javier López Peña, Thierry, detenido en Burdeos (Francia) en mayo de 2008, los servicios antiterroristas calculan que ETA sobrevive con 1,5 millones al año, es decir, un 70% menos de lo que ingresaba en sus años más boyantes.
La merma es tan importante que la banda controla todos los gastos. Se pide incluso a los miembros de los comandos que justifiquen esos gastos, según informa D. Fernández en 20 Minutos.
«Sabemos que una terrorista tuvo que presentar la factura de la peluquería para un cambio de imagen y se han llegado a pedir los recibos de la gasolina de los viajes», señalan fuentes antiterroristas al diario gratuito.
Tres son las principales fuentes de ingreso de la banda. La principal es el mal llamado «impuesto revolucionario». Aunque ETA sigue enviando cartas de extorsión, se ha producido un descenso en el pago. Muchos deciden decir «no» y «cada vez hay menos canales de pago».
ETA prefiere que se le pague en dólares. Abogados afines esconden el dinero en depósitos en paraísos fiscales. Si en el periodo 1993-2002 la extorsión produjo un rendimiento de 5,1 millones de euros al año, en el bienio 2006 y 2007 la banda ha recaudado por debajo de 3 millones anuales.
También generan ingresos las empresas legales de sus exiliados en Latinoamérica: «Restaurantes, empresas de importación y exportación, fábricas de muebles…». Sirven también para blanquear el dinero de la extorsión.
Y en tercer lugar, el dinero que procede de los simpatizantes de la banda. Su caudal de recaudación son las herriko tabernas. Perseguidas judicialmente desde 2002, más de un centenar siguen abiertas.
«En sus mejores tiempos han llegado ha recaudar unos 930.000 euros en un solo año».
