La imagen habla por sí sola. Se celebraba el 27 de junio de 2019 el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso de los Diputados y justo cuando terminó Marimar Blanco su emotivo discurso desde el estrado, el pleno estalló en aplausos.
Posiblemente, la hermana de Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua secuestrado y asesinado en julio de 1997 por la banda terrorista ETA, no pudo apreciar desde su posición la mala educación y sectarismo venenoso del que hicieron gala políticos como los representantes de Unidas Podemos, Irene Montero; ERC, Gabriel Rufián y PNV, Aitor Esteban.
Los tres y quienes también eran de sus grupos optaron por no aplaudir la intervención de Blanco. Peor fue en el caso del bobo de las impresoras, Gabriel Rufián, que ni siquiera hizo el amago de levantarse del escaño.