El principio de la incertidumbre, es causa de muchos de los males psicopatológicos de nuestra siglo

El principio de la incertidumbre, es causa de muchos de los males psicopatológicos de nuestra siglo

Los espartanos señalaban: “ No debemos preguntar cuántos son nuestros enemigos, sino dónde están”. Hay personas que sólo se preocupan de restar en vez de sumar, de deshacer en ver de conjuntar, pasan por la vida con gran dolor y con gran infelicidad, y a pesar de que la naturaleza es sabia, ellos no lo comprender, los clásicos lo dejaron escrito, hace falta leer un poquito y lo resumieron en algo que no somos capaces de entender, dicen:  “Las enfermedades son oportunidades que te da la naturaleza para cambiar”. Por muy viejo que es el aserto son muy pocos los que lo entienden.

Para cualquier ser humano convivir con la incertidumbre es incómodo. Necesitamos de alguna manera controlar lo incontrolable. La preocupación es precisamente eso, una forma de control. Por lo tanto, es normal preguntarse lo que te preguntas ahora mismo.

Este principio tiene sin duda un efecto calmante y sin química aparejada, llama poderosamente la atención y puede servir para cualquier contexto,  las preocupaciones son parte fundamental de cualquier patología y preocuparse de las cosas cuando ya no es el momento ni tienen solución y pueden ser causas de patologías y de enfermedades que nos hagan perpetuamente infelices.

La preocupación o las preocupaciones en plural, suelen ser los hilos conductores de todos los trastornos conocidos pero como buenos actores de las preocupaciones y malos observadores centramos todos nuestros asuntos en las preocupaciones negativas sin ser capaces de centrarnos en el objetivo positivo de la felicidad.

Bertrand Russell dijo: La mayoría de los hombres y de las mujeres son incapaces de controlar sus pensamientos….No pueden deja de pensar en cosas preocupantes en momentos en que no se puede hacer nada al respecto. Se llevan los problemas a la cama, cuando deberían descansar y cobrar nuevas fuerzas para afrontar los problemas de mañana, no paran  de darle vueltas a la cabeza  cuando en ese momento no pueden hacer nada. El sabio sólo  piensa en sus problemas cuando tiene sentido hacerlo; el resto del tiempo piensa en otras cosas o, si es de noche, no piensa en nada. Yo añado: “cuidadito con lo que piensas, que se puede hacer realidad”.

Es mejor concentrarse al máximo y aprender a ser felices y sobre todo en dar un solo corte en la raíz y no muchos en las hojas, un solo golpe en la parte principal hace que los efectos sean muy eficaces y rompan con toda preocupación, y con toda incertidumbre. El ser humano no tiene siempre todas las respuestas a cualquier problema, mantiene desde que nace una cadena consistente de preocupaciones e incertidumbres.

Para las preocupaciones hay una receta, lean , lean, lean, leer es muy sano y cuesta poco dinero. Además mientras estamos leyendo nuestra imaginación se enriquece, nuestro cerebro se oxigena y la mente se mantiene distraída; y la distracción siempre es una excelente terapia.

Leer significa alcanzar la sabiduría y tener ganas de saber. Los libros no se escriben solos, detrás de cada libro hay una persona con ganas de comunicar, de expresar lo que sabe, lo que siente, lo que ha ocurrido y o lo que ha imaginado, en resumen se quiere trasmitir algo. Eso tiene gran valor y también un enorme poder: El poder de las palabras.

El poder de las palabras es terapéutico además de poderoso, es inmenso, pero ese poder se lo damos nosotros dependiendo de cuánto nos importe quién nos lo diga y de cómo se exprese.

Siguiendo al hilo del poder de las palabras, no queda más remedio que nombrar al gran filósofo francés del siglo XVI, M.E. Montaigne que decía: “La palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad que quien la escucha”. Nuestras emociones cambian según elijamos unas y otras y a veces transmiten algo químico inexplicable.

El poder de la palabra en todo su sentido puede ser el poder del sí tú puedes, el de la imaginación al poder y el de gozar mientras se vea amanecer y del éxito de conseguir la felicidad.

Para terminar;

La incertidumbre, el subconsciente, y el problema, deja de afectarnos y de hacer daño y de enfermarnos,  desde el momento en que sabemos que algo puede suceder, como ser imposible que suceda, es lo que los chinos calificaron como; “Si un problema no tiene solución está solucionado”. Hay veces que los problemas son como la incertidumbre, deben madurar para que se solucionen, y además, siempre ocurre que cada momento, cada tiempo y cada acto, tiene en el universo su contundente respuesta, sólo queda sentarse y esperar.

Ulpiniano celebraba la fiesta de la vida, diciendo: “Dar a cada uno lo suyo, No hacer daño a nadie y vivir honestamente, y lo hacía llamando a estos tres elementos la virtudes de la conducta. No estamos acostumbrados a escuchar el viento pero en él siempre va el mensaje.

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