Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria y socio honorario de la cofradía de apoyo a Pedro Sánchez, las pasó moradas en el mediodía del 4 de septiembre de 2019 cuando, en la recepción al presidente del Gobierno en funciones en pleno centro de Santander, tuvo que escuchar como el empleado de un bar cercano llamaba, con perdón, «hijo de puta» al inquilino de La Moncloa.
Revilla, el de las anchoas y sobaos, que está frito con conseguir que Sánchez logre ser investido y así sacar tajada para Cantabria, se fue como un poseso a por el camarero al que le dijo de todo:
Da vergüenza que trabajes en Cantabria tú y que llames hijo de puta a alguien. ¡Compórtate, coño, que me siento avergonzado de ti!
Lo que sorprende es el fino oído del presidente cántabro ya que hay que prestar muchísima atención para escuchar en el cuarto segundo del vídeo el ‘hijo de las cuatro letras’ que el empleado del establecimiento le dirige a Sánchez