A veces, pero solo a veces, una imagen vale más que mil palabras y eso es lo que ocurre en esta ocasión con una instantánea captada en los mismísimos escaños del Congreso de los Diputados, era una de las primeras sesiones de la presente y fallida legislatura, la primera con la irrupción de VOX en el arco parlamentario.
Lo cierto es que la fotografía en cuestión no se ha difundido por los canales oficiales pero sí lo ha hecho por las redes sociales, tanto que se ha hecho viral con cientos, miles, de comentarios de todo tipo alimentadas por los partidarios de unos y otros protagonistas.
En la instantánea aparece en primer plano, pero desenfocado porque el foco de atención era lo que ocurría en el segundo, el diputado y portavoz en las Cortes de ERC Gabriel Rufián junto a otro parlamentario de su partido. Tras ellos, y ya con el enfoque correcto, se aprecia al líder de VOX, Santiago Abascal, y al secretario general de la misma formación, Javier Ortega Smith.
Hasta aquí todo entraría en la cotidianeidad parlamentaria si no fuese porque la foto en cuestión es bastante más expresiva de lo que viene siendo lo ‘normal’: en ella tanto Santi Abascal como Ortega Smith lanzan una inquisidora mirada hacia atrás a Gabriel Rufián. Se puede decir que fulminan con la mirada al de Esquerra Republica de Catalunya.
Y, claro, como les hemos anticipado anteriormente en Periodista Digital, la fotografía no se ha difundido por los canales oficiales pero en los oficiosos –fundamentalmente las redes sociales de Facebook o Twitter- literalmente echa humo.
Hay de todo, quienes aplauden la mirada fulminante -de esas que en sentido figurado matan- de los dirigentes de VOX porque “planta cara” al golpista Rufián y a los suyos y, por el contrario, los partidarios del independentista catalán quienes atacan con dureza a Abascal y Smith porque la foto “delata” la violencia que tienen dentro.
Lo cierto es que la instantánea, tomada en el inicio de sesiones tras la vuelta de vacaciones, no deja de ser fiel reflejo de la distancia sideral que en lo político y personal separan a los protagonistas de la misma y también a los seguidores de uno y otro partido.
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