No se fían, y con razón, de los Mossos d’Esquadra. Visto lo visto el 1 de octubre de 2017 cuando el referéndum por la independencia de Cataluña con unos agentes autonómicos que hicieron la estatua mientra se abrían los colegios para poder votar, la Benemérita no tiene en el mejor de los aprecios a los agentes de la policía autonómica catalana.
Por eso, tal y como cuenta este 25 de septiembre de 2019 el digital Okdiario, los agentes de la Guardia Civil han mantenido la máxima discreción con la ‘operación Judas’ para poder pillar con las manos en la masa a los terroristas de los CDR.
El temor a un soplo de los Mossos a estos incendiarios golpistas era tan sólido que la propia Guardia Civil optó por vender a estos que se estaba detrás de un grupo criminal experto en robos violentos, es decir unos vulgares ladrones y no miembros de los CDR. La coartada requería a los efectivos beneméritos que se identificaran como miembros de la Unidad Central Operativa en vez del Servicio de Información (especializado en inteligencia antiterrorista).
El objetivo de esta distracción, explican fuentes de la Guardia Civil, era proteger los avances de la investigación y la identidad de los investigados. Se temía que si algunos de esos datos caían en manos de un sector equivocado de los Mossos, uno que tuviese simpatías hacia los CDR, se podría producir un chivatazo y poner en peligro toda la ‘Operación Judas’.