Todo ocurría esta pasada semana durante una visita del Rey Felipe VI a la factoría de coches Renault de Valladolid que giraba el miércoles 9 de octubre de 2019.
El Monarca lo hacía para dar respaldo a este sector estratégico de nuestra economía (el lunes había visitado la fábrica de Opel en Figueruelas, Zaragoza) y conocer in situ la producción de los últimos modelos que allí se producen.
Don Felipe recibió el cariño de directivos, empleados y curiosos allí congregados pero en la capital castellana tuvo que soportar un incidente que no ha trascendido a los medios de comunicación y del que ha tenido conocimiento Periodista Digital.
En este sentido, un grupo de trabajadores, simpatizantes y militantes de Podemos y CGT, recibieron al Rey con una carta plagada de insultos y descalificaciones. Y el Monarca dio una lección de comportamiento al no achantarse y recibir estoicamente la misiva.
El texto, entregado al Rey, recoge:
“Hoy no visitáis una fábrica. Hoy pasaréis por un decorado donde hay gente trabajando. Aquí se sufren accidentes de trabajo, se desarrollan enfermedades profesionales y se padece la tiranía de muchos jefecillos. Se sufren ritmos inhumanos y los salarios en muchos casos no son suficientes para llegar a final de mes. Hoy todo está recién pintado”.
Incluso critican a sus compañeros educados:
“no pretendemos quitaros ninguna venda de los ojos. Sabemos que sabéis que hoy os van a intentar engañar una vez más y que eso os da lo mismo. Muchos, incluso han simulado delante del espejo cómo dirigirse a vosotros, grado de inclinación de la cabeza, sonrisa agradable, arqueo sumiso de las cejas y posición de los pies. Sueñan con una foto estrechando vuestra mano”.
“Sois consciente de todo este circo, participáis de él. Seguramente cuando volváis a vuestro palacio en helicóptero, os descojonareis de la risa por el camino. Por eso no pretendemos convenceros de nada, porque no sólo sois parte del problema: sois el problema”, dicen los sindicalistas.
Se pasan la Constitución por el forro y afirman que el Rey “está colocado a dedo por un dictador golpista y asesino, nadie os ha votado».
Le acusan de tener relación con «casas reales que ordenan torturar, asesinar y descuartizar a periodistas. Reyes y Príncipes que financian el terrorismo, que han cometido genocidios» y acaban con un «no sois bienvenidos. Podéis iros por donde habéis venido, con vuestros helicópteros, vehículos blindados, guardaespaldas, responsables de protocolo, asesores, las meninas y demás chupópteros que se alimentan de la piel del contribuyente”.
El final, seguro que sí provocó la risa de Don Felipe, es apoteósico y demuestra la poca seriedad de estos zarrapastrosos:
“No probéis el café de la máquina (una cosa es que nos llevemos mal, y otra que seamos tan crueles)”.
VEA ‘EL QUILOMBO’