El documento es como para echarse a temblar. Cataluña y, más en concreto Barcelona, está siendo el objetivo desde el 14 de octubre de 2019 de diversas protestas nada pacíficas como contraposición a la sentencia del Supremo que condena a varios años de cárcel (menos de los esperados) a los políticos golpistas que perpetraron el referéndum independentista del 1 de octubre de 2019.
Los de la ‘revolución de las sonrisas’ escondían una realidad mucho más cruda y virulenta como se está comprobando noche tras noche en la Ciudad Condal. Y todo responde a un nombre, el ‘Black Bloc‘, un manual de guerrilla urbana que pone literalmente los pelos de punta ante algunas de las cosas que en él se exponen.
En 15 capítulos y poco más de 70 páginas el lector de este texto se puede topar con ‘perlas’ del calibre siguiente:
La guerrilla urbana en Barcelona recomienda lanzar a la policía cócteles a 130 grados para derretir su traje y lanzar cohetes a los helicópteros para poder escapar y si se puede en metro. Es muy efectivo volcar los contenedores de botellas, así se proporciona munición a decenas de manifestantes durante una hora y para lanzar cócteles molotov lo más fácil es utilizar una botella de cristal de medio litro, llenar tres cuartas partes con gasolina, cerrar bien la botella y atar una tira de trapo en el cuello del recipiente.
Sobre la quema de vehículos detallan que:
Se realiza para retrasar el avance de la policía aunque solo lo recomendamos en caso de extremo peligro para los activistas. Lo más efectivo es cruzar coches entre varios manifestantes (mínimo 4 o 5) agarrar el coche por uno de los extremos y levantar. Esto ralentiza el avance de los furgones de antidisturbios y da tiempo a los manifestantes para pensar y reorganizarse. Y para descentralizar la acción se recomienda crear diferentes focos autónomos de resistencia, desbordando el esquema represivo de los antidisturbios y esto se consigue moviéndose en grupos pequeños haciendo más difícil la localización por parte de los helicópteros.
Finalmente, también se aconseja a los vándalos integrantes de estos grupúculos perfectamente organizados no solo que vistan con ropa cómoda, sino también oscura, a ser posible negra, para así dificultar mucho más su localización e identificación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.