La Familia Real al completo ha pasado dos días en Barcelona, prácticamente encapsulados por las violentas amenazas de los CDR, con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Girona y los actos programados relacionados con la parafernalia de estos galardones.
Los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, y sus hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, han pasado prácticamente dos días encerrados en su hotel (curiosamente el Juan Carlos I) y han soportado lamentables escenas en las inmediaciones del complejo provocadas por la turba independentista que no solo ha tratado de sabotear el acto sino que también han acosado a los asistentes.
En el interior, la imagen era bien distinta. La otra sociedad catalana, la de la mayoría silenciosa, arropaba a toda la Familia Real en un día tan señalado como el segundo discurso de la heredera, Leonor, que en un discurso en varios idiomas aseguraba que guardaba Cataluña
Pero siempre hay ovejas negras que se cuelan en este tipo de eventos con la intención de hacerse notar y arañar su minuto de gloria en pro de la causa independentista. Esta vez, los Premios Princesa de Girona, no iban a quedar exentos de polémica.
Ocurría en la primera de las jornadas, el lunes 4 de noviembre. Un matemático premiado por la Fundación princesa de Girona, Xavier Ros-Oton, se ponía el cansino lazo amarillo al recoger el galardón. Lo hacía con una precisión calculada para llamar la atención: porque segundos antes de subir al escenario a recoger el premio no llevaba colocado el lazo independentista que pide libertad para los sediciosos golpistas. Ros-Oton subía al estrado con el lazo sí, pero la Casa Real evitaba la publicidad al difundir solo fotos de él, poco antes de recibir el premio.
El matemático, con su lazo amarillo.
El primer intento de humillación a la democracia y al Estado de Derecho quedaba en nada. El martes 5, el segundo día, volvían a la carga. Esta vez era el turno para un moderador de los debates que se habían organizado con jóvenes en el Palacio de Congresos de Barcelona. El moderador en cuestión portaba un lazo amarillo y trataba de fotografiarse con el Rey Felipe. Pero, tal y como ha comprobado Periodista Digital, en una rápida reacción Don Felipe le ha visto, le ha dado la espalda y le ha negado la foto.
Un soberano corte que ha evitado el minuto de gloria de este contradictorio personaje. ¿Si tanto le molesta España, su Monarquía y el Estado de Derecho, por qué asiste como moderador a un acto organizado por la Corona y la Fundación Premios Princesa de Girona?
VEA EL QUILOMBO — PRESENTADO POR LUIS BALCARCE