Dice el antiguo proverbio que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Este refrán define a la perfección la losa que pesa sobre Pedro Sánchez después de que el líder socialista repudiara en repetidas ocasiones a Pablo Iglesias antes de la firma del preacuerdo entre las dos formaciones.
La situación se desbloqueó en menos de 48 horas a pesar de las discrepancias que precipitaron a la repetición electoral, un show que nos ha costado 150 millones de euros a todos los españoles. Después de seis meses de durísimos enfrentamientos el preacuerdo de un gobierno de coalición se selló con un abrazo entre los dos dirigentes. «Es tiempo de dejar atrás cualquier reproche”, pidió Iglesias este martes 12 de noviembre de 2019. Por su parte, Sánchez afirmó que la firma de este documento era con el fin de «desbloquear la situación política, que lleva muchos meses bloqueada en España».
Pero a lo largo de este tiempo, esta pareja ha sufrido graves crisis. El momento más destacado fue en septiembre de 2014 cuando el socialista ofreció una entrevista en Antena 3 con Gloria Lomana donde afirmó que «ni antes ni después, el partido socialista va a pactar con el populismo» ya que «el final del populismo es la Venezuela de Chávez, la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y, sobre todo, la desigualdad».
En 2017 Pedro Sánchez participó en El Hormiguero, allí Pablo Motos le enseñó al socialista siete personajes destacados para que escogiera uno en función de diferentes propuestas pudiendo elegir entre Felipe VI, Pablo Iglesias, Trump, Merkel, Susana Díaz, Rivera o Mariano Rajoy. El presentador le preguntó: «¿A quién no dejarías las llaves de tu casa?». Sánchez escogió a Iglesias como la persona a la que no le confiaría las llaves de su casa.
El desplante más destacado se produjo el 19 de septiembre en laSexta cuando Antonio García Ferreras entrevistó a Pedro Sánchez. Allí el socialista aseguró que si hubiera pactado con el podemita «sería un presidente del gobierno que no dormiría por la noche, junto al 95% de ciudadanos de este país que tampoco se sentirían tranquilos”.
Estos desprecios no son de extrañar teniendo en cuenta el oscuro pasado de Pablo Iglesias. El dirigente de podemos ha apoyado el régimen chavista: «Es muy interesante vivir en un país como este (Venezuela) en el que se están produciendo tantos cambios y transformaciones que pueden convertirse en un ejemplo democrático para los ciudadanos del sur de Europa», también perlitas de la talla de «donde hay propiedad privada hay corrupción», «yo soy comunista» o «si hablara de ETA diría que el terrorismo ha producido un enorme dolor en nuestro país pero también diría que tiene explicaciones políticas».
