Los Guardias Civiles mueren pero nunca se rinden, que se entere nuestro director general.  Azón Dimisión.

A los polillas, a nuestro polilla, Antonio Molina, asesinado por los terroristas de ETA.

A los polillas, a nuestro polilla, Antonio Molina, asesinado por los terroristas de ETA.
Los Guardias Civiles siempre sirviendo a España y siempre los más vejados e ignorados.

Son muchos los compañeros y compañeras que remiten mensajes a Tricornios en Democracia para que contemos la historia escrita por una polilla, de la promoción 77, del colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro de la Guardia Civil, recordando a su compañero Antonio  –a nuestro compañero– y a su familia, Guardia Civil asesinado por ETA, evitando una masacre el día diecisiete de diciembre del año 2002.

Todos conocemos, sabemos y apreciamos a los compañeros salidos del colegio, son enormes compañeros, mejores personas, que dan todo por su país y por la garantía de los derechos constitucionales, y siempre están donde se les necesitan. Ahí lo dejamos, siempre sirviendo a España y siempre los más vejados e ignorados.

Los Guardias Civiles mueren pero nunca se rinden, que se entere nuestro director general.  Azón Dimisión.

Mi polilla, Antonio Molina Martin, 77 promoción de polillas, Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, provincia de Madrid. Un diecisiete de diciembre de 2002, un día cualquiera, un servicio de tantos, SIN PORTAR CHALECO ANTIBALAS, identificando un vehículo a la altura de la localidad de Collado Villalba, simplemente con saludar a los ocupantes recibe varios impactos de bala. Un Ford Escort conducido por dos integrantes de ETA, cargado con 130 kilogramos de explosivos dispuestos a ser explosionados en varios centros comerciales de Madrid, el 31 de diciembre….

Que para mí y muchos compañeros, esta criatura evitase manchar de sangre las navidades de 2002 en Madrid, es un hecho, para otros «daños colaterales» de una guerra por parte de un solo bando, cobarde, rastrero y que hoy pasea sus miserias en el parlamento. Un recordatorio para quienes les arropan, les aplauden y engrandecen su maravillosa aportación política, apestando este país de infamia, inmoralidad y amnesia selectiva.

Desde aquí quería enviarle mi máxima gratitud a ANTONIO por su valentía, su entrega, su maravillosa manera de mostrar la pasta de la que están hechos “L@S POLILLAS”; y como no, unas palabras de apoyo para paliar el sufrimiento eterno de su familia, por observar como se negocia y da sitio al terrorista, recorta en gastos para que el próximo valiente sea sacrificado sin protección, argumentando falta de recursos y sin reconocimiento alguno, y soportar como un país gasta más en propaganda electoralista que en «guardar al que cuida sus espaldas» –incluso a sabiendas de que puedan estar en contra de las ideas, de quien la legislación aplica-.

Se me agotan las palabras para dedicarlas a un «ciudadano normal» que hizo algo muy grande, muy sacrificado, muy noble por quien no da nada si no es en campaña electoral. Nosotros, los de verde, no atendemos tan sólo las pautas del gobernante, atendemos al ciudadano, profese la ideología que profese, siempre al servicio de las personas cualesquiera sean los resultados de la urna, al servicio diario del pueblo, aunque nos duela en el alma el desprecio y en ocasiones, humillaciones recibidas.

Y digo yo, a quien nos aborrecen, es lo que os queda, asumir que mañana quizás sea un picoleto quien el culo os proteja… A quien pedís se pase página, que sea el karma quien os atienda…

Yo, Mirella, «Ni olvido ni Perdono, Molina» De esta tu quintilla…

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