Doña Sofía es sin duda el miembro de la Casa Real que más sufre las desavenencias familiares que golpean a los Borbones en los últimos tiempos, desde hace años agravados por las malas relaciones que especialmente tienen sus hijos Cristina y Felipe.
Infanta y Rey mantienen un pulso que hace prácticamente imposible una reconciliación a raíz de las investigaciones, y posterior condena, a Iñaki Urdangarin por el caso Nóos.
Tal y como ha podido saber Periodista Digital gracias a fuentes próximas a Palacio, las vacaciones navideñas han sido agridulces para Doña Sofía.
La Emérita ha tenido la enorme la alegría de haber estado junto –después de muchos años de extrema frialdad y separación de facto- a su esposo, el Rey emérito Don Juan Carlos. Pero poco más. La Navidad ha estado marcada por la ausencia de su hija Cristina y por las fortísimas discrepancias con la Reina Letizia, tanto que ha afectado en la relación con su hijo, el Rey Felipe VI.
Pero en el tramo final de esta Navidad 2019-2020 una realidad tiene prácticamente hundida a Doña Sofía: el preocupante estado de salud de su hermano Constantino que, según algunas fuentes cercanas a la familia de Grecia, ha empeorado en los últimos días, tanto que tenía programado pasar las vacaciones navideñas en Londres pero su delicada salud se lo ha impedido y no ha podido salir del país heleno.
Tanto es así que, según han explicado a este diario las mismas fuentes, la Reina Sofía viajará en las próximas horas hasta Grecia para, junto a su casi inseparable hermana la Princesa Irene, pasar unos días al lado de Constantino. La Emérita está “extremadamente preocupada” y se encuentra “hundida de ánimo”, tal y como aseguran a Periodista Digital las fuentes de Palacio consultadas.
De hecho, la situación es tan complicada que no se descarta que incluso Don Juan Carlos pueda acompañar a su esposa en tan desafortunado viaje para darle así todo su apoyo y demostrar que se ha recuperado el cariño y la complicidad matrimonial entre los Reyes eméritos.
