Susana Díaz prefirió gobernar con el apoyo de C´s de Juan Marín cuando tuvo la oportunidad de hacerlo con Podemos Andalucía de Teresa Rodríguez.
No solo no quiso saber nada de Podemos, sino que en el proceso de primarias que la enfrentó con Sánchez, le echó en cara en numerosas ocasiones tanto en los debates como en diferentes redes sociales, el empecinamiento de este último en su acercamiento al partido de Iglesias y la inquietud que generaba ese «buen rollo» tanto a la militancia como a los votantes socialistas.
Pero todo eso ha cambiado y la debilidad ha cambiado de bando, siendo Díaz la que en estos momentos tiene la «Espada de Damocles» cual espantajo sobre su cabeza, mirando de reojo y rezando para que Sánchez no mire hacia Andalucía con ganas de finiquitarla políticamente.
Por eso fundamentalmente, Díaz ha tenido la necesaria inquietud de un cambio en su ideario de cabecera y ha pasado a celebrar «el fin del bloqueo» y aplaudir el Gobierno surgido de la Carrera de San Jerónimo en el día de ayer en las diferentes redes sociales con estas palabras «Hoy se da una lección de que España y la Constitución están por encima de los intereses partidistas de ninguna fuerza política».