Pablo Iglesias ha comenzado su vicepresidencia con polémica. Aunque ha intentado desvincularse del régimen chavista para avanzar en su carrera política, al líder de Podemos se le volvieron a ver los colores. Así ocurrió durante la entrevista que realizó en su programa ‘La otra vuelta de tuerka’, donde tenía por invitada a la politóloga catalana Arantxa Tirado, la autora del panfleto ‘Venezuela. Más allá de mentiras y mitos’. Un libro que ha contado con el apoyo y financiación del régimen chavista, según han confirmado a Periodista Digital fuentes de la Embajada de Venezuela en Madrid. No en vano, el lanzamiento de la obra se realizó en Caracas frente a la presencia del dictador Nicolás Maduro, con quien la politóloga chavista llegó a bromear sobre los recursos que se han destinado para la publicación del libro.
A lo largo de la entrevista, Pablo Iglesias intentó mostrar un posicionamiento centrado y casi objetivo que se fue derrumbando mientras avanzaba en sus preguntas. Por ejemplo, en una de sus intervenciones vuelve a insistir en que el derrocamiento de Evo Morales en Bolivia fue un «golpe de Estado», por lo que adopta el discurso de la extrema izquierda e ignora las violaciones a la Constitución y fraude electoral del fraudulento expresidente. Sin embargo, no fue su único desliz. El líder de Podemos ha reconocido que la fidelidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha sido fundamental para evitar que en Venezuela ocurriera lo mismo que en Bolivia; es decir, lograr erradicar del poder a un dictador que aspira a mantenerse indefinidamente en el poder.
Curiosamente, los golpes de Estado sólo son reprochados por Iglesias y Arantxa Tirado cuando no son de izquierdas. La politóloga alabó los levantamientos militares que se vivieron en Venezuela durante los 40 años de democracia, incluidos los realizados por el propio Hugo Chávez, pero condenó que (siguiendo lo establecido en la Constitución de Venezuela) Juan Guaidó fuera proclamado presidente encargado para lograr la usurpación del poder Ejecutivo y garantizar unas elecciones transparentes. En este sentido, la politóloga atacó en varias oportunidades al líder opositor venezolano y le tildó de «golpista», ante el silencio cómplice de Iglesias, quien en ningún momento puso en duda sus palabras o las confrontó.
Iglesias, quien también aprovechó para atacar a la oposición venezolana por su «torpeza» y «división», intenta fingir un poco de imparcialidad al preguntar a la catalana sobre los dos errores que encuentra en Nicolás Maduro. Tirado, en una demostración de su radicalismo y férrea convicción por las dictaduras comunistas, consideró que «las relaciones y las negociaciones con el sector empresarial» y la «condescendencia con los sectores golpistas» eran las principales equivocaciones del tirano bolivariano. En otras palabras, invitaba a un mayor control estatal sobre los sectores de producción ya expropiados y nacionalizados, así como de enviar a la cárcel a Juan Guaidó y al resto de diputados y dirigentes que luchan por la libertad de Venezuela.
A lo largo de la entrevista de ‘La otra vuelta de tuerka’ se intenta blanquear a los dictadores Hugo Chávez y Nicolás Maduro, por lo que Pablo Iglesias nunca toca temas sensibles para el régimen como las denuncias por la violación de Derechos Humanos, los crímenes de lesa humanidad, la crisis humanitaria, los vínculos con el narcotráfico, la censura de la prensa o los nexos con grupos terroristas. Evidentemente, cualquier relación del régimen chavista con Podemos también pasó por debajo de la mesa, pero lo que si quedó muy claro es que el nuevo vicepresidente de España sigue sintiendo esa simpatía y vinculación con una de las tiranías más crueles de América Latina. Al menos, hasta las próximas elecciones, donde la moderación equivalga a votos.
