José Luis Ábalos ha debido de tener esta pasada noche del 24 al 25 de enero de 2020 verdaderos problemas de indigestión después de tragarse como un bendito la gran mentira que intentó colar a la prensa tratando de minimizar su encuentro clandestino con la número dos de Nicolás Maduro, la chavista Delcy Rodríguez.
El ministro de Fomento, que aseguró a los cuatro vientos que solo se vio con la venezolana Rodríguez para saludarla y recordarla que no podía pisar suelo de la Unión Europea, se ha visto acorralado con la información que este 25 de enero lleva abriendo el diario El Mundo.
Y es que para ser un mero trámite de cortesía como lo intentó vender el socialista Ábalos, lo cierto es que diversas fuentes cifran el encuentro entre la media hora y los 40 minutos.
Pero, como en aquellos famosos dibujos animados de la Warner Bros de los años 70 y 80, no se vayan todavía, que aún hay más. El titular de Fomento quiso vender la idea de que él había acudido al aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas a recoger al ministro de Turismo del Gobierno de Venezuela, Félix Plasencia. La realidad que ocultó Ábalos fue que la mano derecha de Maduro exigió ver a alguien del PSOE.
VISITA CONOCIDA DE ANTEMANO
De hecho, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya estaba avisado de esta visita y desde el departamento de Interior se dieron instrucciones para que los dos comisarios de la Policía Nacional encargados de la seguridad del aeropuerto madrileño tuvieran que quedarse hasta altas horas de la madrugada del domingo 19 de enero al 20 de enero de 2020.
Aún así, ante las exigencias de Delcy Rodríguez, a la par amiga de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente español, de tener un encuentro con alguien del PSOE, Ábalos, que es secretario de organización de la formación de Ferraz se desplazó hasta la terminal ejecutiva y se acercó hasta el avión donde, según fuentes policiales, el encuentro se prolongó por encima de la media hora.
ESTADOS UNIDOS PIDE CUENTAS A ESPAÑA
Quien no ha comprado las trolas del ‘tragasables’ de José Luis Ábalos ha sido la administración norteamericana de Donald Trump, que asegura va a exigirle cuentas al Gobierno de Pedro Sánchez por este encuentro con la número dos de Nicolás Maduro en territorio de la Unión Europea.
Una de las voces más autorizadas del Gobierno de los Estados Unidos, la subsecretaria adjunta del Departamento de Estado, Carrie Filipetti, que supervisa la política hacia Venezuela, se ha quedado ojiplática ante estas informaciones que implican a todo un ministro del Ejecutivo español y ha manifestado que.
El hecho de reunirse con alguien a quien has sancionado daña las políticas conjuntas que han avanzado EE.UU. y la Unión Europea. Y lo cierto es que daña también el marco de la Unión Europea, que requiere de cooperación para implementar este tipo de sanciones.
Y añadía que su Gobierno iba a pedirle cuentas a la administración de Pedro Sánchez:
Tenemos muchas preguntas, que vamos a intentar que responda el gobierno español. Pero ciertamente estos desarrollos no es que sean bienvenidos.