José Luis Ábalos es el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que en las últimas fechas se ha convertido en el epicentro de la crisis del Gobierno y, será por los nervios, en un matón de tres al cuarto.
Todo esto desde que le explotó en las manos el asunto de la reunión con la número dos de Maduro, la chavista Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas, que ya no saben cómo tapar y que les han supuesto todo tipo de vergüenzas vertidas al aire.
Así que Ábalos, nervioso, se pone como un loco y actúa como un auténtico matón. Lo hizo este miércoles 5 de febrero de 2019 en un acto irrelevante para la cuestión (en el Segundo Encuentro Transversal Observatorio 2030, en Valencia), donde lo único que le interesaba a los periodistas era lo obvio.
Y como habitualmente los periodistas hacemos bien nuestro trabajo, por criticados que seamos, fue uno de los asistentes a cubrir la información quien cuestionó al ministro por algo que le irritó y que le tiene muy preocupado; la impaciencia en EE.UU. hacia su persona:
Periodista: ¿Cree que puede existir cierto malestar en EE.UU. tras ese encuentro con Delcy Rodríguez?
Ábalos: ¿Es una pregunta seria o es una broma?
Periodista: Es una pregunta seria.
Ábalos: Pues es una broma, ya le digo yo, una broma que estamos viendo estos días. Cada vez el nivel de ridículo es un poquito mayor.
Ridículo el que usted está firmando, señor Ábalos.
El ministro se acostumbra a ser matón
Y es que no es la primera vez qué Ábalos carga contra los periodistas que preguntan. Ni mucho menos. Apenas hace unos días, ya con todo el escándalo sobre la mesa, así de farruco se puso el socialista con un periodista que le preguntó por lo mollar, y encima le mintió a la cara sin siquiera ruborizarse:
Ya he contestado, eh, me reuní con el ministro de Turismo. ¿Quiere saber cuántas veces me he reunido con la oposición venezolana? ¡Como una docena de veces!
Pero no es algo que le ocurra al ministro solo con los periodistas, porque esa posición de poder se ve que otorga cierto derecho a tratar de intimidar a otros trabajadores que se desempeñan de forma exitosa, como es el caso de la Policía Nacional:
La actitud mostrada por José Luis Ábalos es considerada como una humillación por parte de la Policía Nacional, ya que quitó toda la autoridad a los funcionarios que estaban en el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, dejando sin validez tanto las advertencias al cuerpo diplomático chavista, así como el proceso de detención y posible deportación a Venezuela o a Estados Unidos (donde es buscada por delitos del narcotráfico).