Francia confirmó el sábado 15 de febrero de 2020 la primera muerte por Coronavirus en Europa, se trataba de turista chino que padecía la enfermedad en un hospital de París. En China, se han registrado 68.500 casos y 1.655 muertes, la estadísticas no paran de subir.
Pero a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, esto le importa poco, y ha dicho que los habitantes de la ciudad «Debe tener orgullo y amor propio, porque es una gran ciudad que no depende solo de un bienvenido Mister Marshall«, refiriéndose a la cancelación del Mobile World Congress (MWC) de este año por el brote internacional de coronavirus.
En una entrevista ofrecida a La Vanguardia este domingo, la máxima líder de Barcelona en Comú ha dejado caer una perla sin perder su pasión por el victimismo, el Mobil «No se ha suspendido por el coronavirus porque nosotros no tenemos coronavirus».
«No se ha suspendido por el coronavirus porque nosotros no tenemos coronavirus. Lo que sí hay es una alarma global por la epidemia y este, según la GSMA, es uno de los principales factores que ha contribuido a la cancelación».
Para acompañar sus argumentos también ha dicho que «En España mueren cada año 1.000 personas por una gripe común y esto no causa alarma», por lo que cree que la cancelación es una respuesta a la «alarma global» por la epidemia y a una «guerra comercial de carácter tecnológico entre Estados Unidos y China» en la que las administraciones no pueden intervenir.
«Podría haber ocurrido lo mismo con la borrasca ‘Gloria’ y con el cambio climático, que podría haber causado incidencias en algún congreso», explicó Colau.
Parece que es muy difícil de entender para Colau que, aunque no hay ninguna duda que el impacto económico de la cancelación del Mobile World Congress (MWC) para Barcelona es brutal, esto no es nada comparado con la posibilidad existente de que el COVID-19 se instalara en territorio español de la mano de alguno de las más de 13.000 personas que llegarían procedentes de China para el evento (tomando en cuenta a los más de 6.000 ejecutivos y expertos de la industria, más los empleados temporales provenientes del país asiático).
El MWC y su futuro en Barcelona
Según Colau, la continuidad del MWC en Barcelona –que ha dado una respuesta ejemplar, ha asegurado– no está en duda: «Nunca han dudado o cuestionado, aún en situaciones más difíciles que la actual, que este congreso no tenga que celebrarse en Barcelona».
«Entienden que ante la guerra comercial entre Estados Unidos y China el territorio neutral es Europa, y dentro de Europa el lugar preferido por los congresistas es Barcelona», y ha añadido que la ciudad es referente en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación.
Por su parte, el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, ha asegurado al mismo periódico que la presencia del MWC en Barcelona irá más allá de 2021, añadiendo en cuanto a la realización del evento más allá de 2023, que no puede «especular con el futuro», pero que ese es su deseo.
La segunda teoría conspirativa con el Mobile
Lo más inverosímil de esta nueva teoría conspirativa de Colau, es que hace unos días asomaba otra, pero contra el desarrollo del 5G, un factor que iba a ser protagónico para este MWC.
La tecnología, que ya está desplegada en 15 ciudades de España, incluida Barcelona, fue víctima de la locura comunista, y recibió ataques desde la propia web del Ayuntamiento de Barcelona.
Según el equipo de la alcaldesa, el 5G impulsaría la exposición de las personas a campos electromagnéticos y con ello aumentaría la probabilidad de padecer enfermedades como el cáncer, o sufrir enfermedades cardiovasculares, daños neurológicos, deterioro cognitivo, entre otras.
Con un artículo titulado «El 5G no es inocuo», la alcaldesa se lanzó contra Mobil, y sumó al Ayuntamiento al movimiento “Stop 5G”, solicitando la suspensión el despliegue tecnológico hasta que se determine si es buena o no para el medio ambiente y para la salud.
Finalmente, ante las críticas del sector de las telecomunicaciones y la importancia económica del MWC, el gobierno municipal eliminó el artículo.
