El nuevo decreto andaluz sobre la educación ha levantado ampollas en la izquierda andaluza, donde los principales partidos de la oposición han llevado a los sindicatos en volandas hacia una movilización contra el decreto, con el que han hecho el ridículo absoluto, siendo apoyado únicamente por el 15% del profesorado.
Hay que recordar que el nuevo decreto ha sentado fatal a la izquierda simple y llanamente porque los padres pueden elegir el centro al que llevan a sus hijos, sea público, privado o concertado, que por norma general, es aplaudido por las familias, puesto que al favorecer la elección de centro, pueden elegir si a sus hijos les prefieren llevar a los 12 años a un instituto o prefieren dejarles en un colegio unos años más, que suele favorecer los intereses de los alumnos, al igual que poder elegir, por las circunstancias que sean, un tipo de educación que se acople a su forma de entenderla.
El consejero de la Presidencia y portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, ha asegurado que la huelga convocada hoy contra el decreto de escolarización ha “fracasado”, y ha subrayado que la gente “no es tonta” y sabe “lo que se hacía antes y lo que se hace ahora”.
Pese al llamamiento de las terminales mediáticas de la izquierda, de la efervescencia de partidos y sindicatos las semanas pasadas y de los trolls de las redes sociales, de los más de 100.000 docentes y trabajadores de la educación andaluza, la inmensa mayoría han decidido no formar parte de la «charlotada» y apostar por el nuevo decreto.
Por no hablar que durante 40 años, esas mismas terminales mediáticas, sindicatos y partidos de la izquierda, han contemplado como los datos del informe PISA han dejado a la educación andaluza por los suelos y nunca se les ocurrió llevar a cabo ni una sola acción de movilización contra la forma de gestionar la educación en Andalucía.
