Si algo sale mal, ellos no tienen responsabilidad.

Un general en la guerra de las naranjas y los limones: el covid-19 es una fiesta

Un general en la guerra de las naranjas y los limones: el covid-19 es una fiesta
Miren la pechera, cargada de medallas, no digas a quién sirvió ni sirvas a quién pidió. A quién servirá este servidor público, a sus compañeros y a sus ciudadanos no.

Hay comparecencias diarias de miembros del Gobierno Sánchez y ocasionalmente de gente del entorno, que son de aurora boreal.  

La del general José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, es un triste ejemplo.

El general, que fue teniente del Grupo Antiterrorista Rural (Ahora llamado de Acción Rápida) en lo años duros de ETA, así como miembro del Servicio de Información de Guipúzcoa y además estuvo comisionado en Bosnia y Libia, anda ahora en labores de despacho.

Es portavoz del Gobierno PSOE-Podemos.

Estamos en una situación de alerta sanitaria grave, donde toda la población esta sufriendo lo indecible, confinada en una cuarentena sin fecha, con el colapso de todos nuestros centros sanitarios yduele escuchar ciertas cosas, cuando tantos compoañeros se están jugando otra vez la vida en las calles, y no les dan medallas por eso.

Nos habla el general José Manuel Santiago de las naranjas, de los limones, lo que no dice es que es uno de los responsables las penosas condiciones en que presta servicio que la Guardia Civil en los pueblos de España,. Y que sus errores sólo son suplidos por el esfuerzo, la dignidad  y el sacrificio de Guardias Civiles que salen cada día a las calles dar lo mejor que tienen.

Cita como un gran servicio de un equipo de especialistas investigando delitos en zonas rurales, «naranjas y limones treinta kilos devueltos a su dueño»

A cualquier guardia civil de base le caería la cara de vergüenza esta actuación impresentable.

Lo que calla y no dice es que es el responsable de la pésima distribución territorial del cuerpo, que las patrullas tardan en llegar a las llamadas y que todo lo que se hace es por el sacrificio de los de abajo que dan todo y más de lo que pueden.

La población está harta, harta de comparecencias huecas, vanas, y que como se dice popularmente, soltar el royo de algo que ni saben decir ni expresarse, chupar cámara para arroyar con su basura sin sentido.

Lo grave es que un general se preste al juego político y lo haga ventilando el prestigio y el sudor y las lágrimas de los Guardias Civiles de España.

Lo real no tiene desperdicio ni tapadera, las comparecencias diarias de estos Jefes con la pechera de medallas de guerras a las que nunca han asistido, califican al país, califican al Gobierno, y ponen a la vista que hay que dar un golpe en la mesa y reformar de una vez por todas la estructura, la distribución territorial y los recursos humanos de la Guardia Civil.

 

 

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