Se veía venir que a Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior al filo del precipicio, le iba a caer una tremebunda paliza en el Pleno del Senado de este 2 de junio de 2020.
El lío soberbio en el que se metió el máximo responsable de Interior, al destituir al coronel Diego Pérez de los Cobos, es solo la punta del iceberg de la vergonzosa gestión del juez Marlaska, que ahora se enfrente a acusaciones de injerencia en el Poder Judicial y de mentir en sede parlamentaria. Máxime, cuando justo en esta misma jornada sale filtrado un informe que corrobora los hechos.
Fue el popular Fernando Martínez Maíllo el encargado de asestarle uno de los que puede ser los últimos golpes parlamentarios al mentiroso ministro:
Su situación política es insostenible, usted no debería sobrepasar este Pleno sin haber presentado la dimisión. Ahora ya sabemos la verdad, ¡ya sabemos la verdad! Ya sabemos que el cese de Pérez de los Cobos sí tiene que ver con el informe policial realizado a instancias de la Justicia, y que les investiga a ustedes por el 8-M y días anteriores; que le cesó porque él se negó a entregarle el informe porque él cumplió con su información y con su poder; y tres, ¡coño que me mintió! ¡Que me mintió a mí y al resto de los españoles! ¡Que nos mintió en sede parlamentaria! ¡Y se lo pregunté hasta la extenuación!
Usted era un reconocido juez y es una gran decepción; además de la injerencia en una actuación judicial ha mentido. Por favor, salga de aquí dimitido.
Si va el lector de esta información a seguir leyendo ahora la respuesta del ministro Marlaska, hágalo con arrojo, porque genera hasta vergüenza ajena. Nervioso, desencajado, siguió mintiendo una y otra vez en sede parlamentaria:
Vuelvo a repetirle lo mismo y la razón por la que no voy a dimitir: porque ni este ministro ni ninguna persona de su departamento han hecho ninguna injerencia, ni han pedido informe alguno o acceso al contenido ni ha injerido en la tramitación del mismo. Solo estamos realizando una nueva conformación de los equipos.