Pablo Iglesias ha ordenado a Dina Bousselham, su ex asesora y ahora directora de ‘La última hora’, que exija desde esa cloaca informativa, creada para defenderles y acosar a la oposición política y mediática, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que disuelvan las concentraciones frente a la mansión de los dos dirigentes ‘morados’.
‘LUH’ tacha de «acoso de la ultraderecha» lo que sucede frente al chalet de Galapagar y ataca a la Guardia Civil, a la que acusa de «permisividad«.
El digital podemita se queja que todas las tardes «grupos de ultraderechistas» de la Comunidad de Madrid se citan en la localidad serrana para «sacar banderas franquistas, símbolos fascistas, tambores, cornetas y megáfonos con generadores eléctricos de 800 kilovatios gracias a los cuales se oye a todo volumen el ‘Cara al Sol’ y el ‘Viva España'».
La web creada por Podemos achaca al instituto armado que permanezca «impasible» ante «el desfile de decenas de ultraderechistas que se congregan delante de la casa de Iglesias y Montero alterando el descanso de los vecinos de la zona».
Marlaska envió cinco coches de la Guardia Civil para proteger el casoplón de Iglesias contra las caceroladas
Lo que no cuenta este digital es que el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska reforzó de manera importante la seguridad de la casa de los Iglesias/Montero a costa de enviar más dispositivos al ya conocido como casoplón de Galapagar, provocando un profundo malestar en el seno de la Benemérita.
Con el auge de las caceroladas, hasta cinco coches de la Guardia Civil se desplegaron en mayo ante las nuevas jornadas de protestas contra el Gobierno, que dieron comienzo en el barrio de Salamanca y se acabaron extendiendo a Galapagar.
Los agentes que envió Marlaska para custodiar la mansión de los dos dirigentes podemitas establecieron un perímetro con un cordón de seguridad a lo largo del chalet, comenzando, por cierto, por la garita que de forma permanente tiene la GC frente al domicilio del vicepresidente y la ministra de Igualdad.
De esta manera, los agentes de la Guardia Civil impedían que los manifestantes pudieran pararse para hacer sonar sus cacerolas frente a la casa.
Sectores de la GC se rebelan contra el blindaje de la mansión de Iglesias y Montero
Sin embargo, y esto tampoco lo contará el libelo podemita, algunos sectores del instituto armado exigieron a Marlaska explicar «los motivos» de «incrementar de forma tan elevada los servicios de seguridad en torno a la vivienda» de los dos prebostes podemitas.
Ante esta tesitura, Iglesias cambió de estrategia y advirtió a los líderes de la oposición que mañana cambiarían las tornas y «la izquierda se manifestaría en sus casas».
El sindicato llamado Unión de la Guardia Civil expresó su malestar por la extrema vigilancia en su chalet y exigió a Marlaska explicar «los motivos que le llevaron a incrementar de forma tan elevada los servicios de seguridad en torno a la vivienda» del susodicho.
Y es que el domicilio del vicepresidente cuenta con vigilancia de 24 horas al día por parte de agentes, que llegaron a instalar, a instancias de sus superiores, una caseta para salvaguardarse.