ELECCIONES GALLEGAS / 12-J

Núñez Feijóo vuelve a arrasar en Galicia: cuarta mayoría absoluta, pinchazo del PSOE y tortazo monumental de Podemos

La empresa demoscópica otorga mayoría absoluta al PP y la segunda posición al BNG

Núñez Feijóo vuelve a arrasar en Galicia: cuarta mayoría absoluta, pinchazo del PSOE y tortazo monumental de Podemos

Con el 94 por ciento de los votos escrutados, Alberto Núñez Feijóo confirma con 42 escaños su cuarta mayoría absoluta y seguirá al frente de la Xunta.

El PP gallego —o mejor dicho, la maca Feijóo— está más que consolidado y supera el fantasma de la dispersión de voto de la derecha, como auguraban las encuestas.

El BNG se convertiría en la segunda fuerza con 19 —gran resultado para Ana Pontón que sube espectacularmente hasta 13 escaños— y el PSdeG de Gonzalo Caballero lograría 14, batacazo para el socialismo gallego y castigo para Pedro Sánchez.

Si en 2016 los nacionalistas fueron los grandes perjudicados por la irrupción de Podemos, con solo 6 escaños, este 12-J han resucitado de sus cenizas para ir hasta cuatro escaños por delante del PSdG.

Pontón se ha cuidado de no hacer alusiones al independentismo en toda la campaña, de esconder las garras separatistas y de reconocer «errores en la escenificación de muchas políticas» para no repetir la desastrosa experiencia del bipartito con el PSOE del 2005.

Brilló en el debate de la TVG y le ha metido un sorpasso al PSdG de miedo que ha dejo mudo al PSOE.

El PSdeG de Gonzalo Caballero ha sido castigado la pésima imagen de Pedro Sánchez y vuelve a quedar condenado a la irrelevancia.

Tortazo para los podemitas de Galicia en Común y Marea Galeguista que se quedarían fuera de O Hórreo.

Podemos desaparece del mapa en Galicia. Ha pasado de catorce a cero escaños. El partido morado afrontaba las elecciones autonómicas con sus peores perspectivas electorales y éstas se han confirmado. La coalición podemita hace aguas castigada por sus guerras internas, la crisis del coronavirus y los escándalos de Pablo Iglesias con el caso Dina.

Si Podemos hoy no estuviera en el Gobierno sostenido por el PSOE, la marca de Iglesias iría camino a una gestora.

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