“La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás”. Voltaire
La UniónGC, y su equipó jurídico defiende al Guardia Civil que ha sido obligado a abandonar su casa y separarse de su familia.
Lo que esta pasando este Guardia Civil es propio de actos que pueden ser reseñados como de acoso y de violencia, siendo calificado como una víctima directa y su esposa y familia como víctima indirecta. Ha sido obligado a abandonar su vivienda pabellón para evitar represalias disciplinarias y no por motivos profesionales o de su trabajo,separándose por la fuerza y por orden del General Jefe de Canarias de su seno familiar. Una vez más comprobamos cómo el abuso y desviación de poder sigue siendo una máxima descontrolada en una Institución que necesita cambios inmediatos y evidentes.
Un guardia civil permanece desde hace días viviendo en su coche tras la orden por parte de sus superiores de abandonar el pabellón oficial que ocupaba con su familia en el cuartel de costa teguise.
El Agente tiene Mujer y un hijo de 6 meses de edad, obligado a cumplir órdenes se ha ido de la vivienda mientras que su mujer se niega a abandonar el domicilio familiar de forma voluntaria por no encontrar ajustado a derecho la resolución de CESE, teniendo que determinarse por la autoridad competente el desahucio y lanzamiento de los familiares del agente.
El Guardia Civil, ha sido conminado a cesar en el uso de su pabellón por impago de cuota de gastos comunes, aunque la deuda pendiente ya se encuentra saldada, incluyendo el pago adicional del 20% por demora. Esta orden de cese del Excmo. General Jefe de Zona de Canarias, a abandonar su domicilio familiar por supuesto retraso en el pago de la Comunidad de vecinos, se ha hecho efectiva a pesar de las múltiples gestiones y audiencias solicitadas por el afectado quien ha tenido que obedecer la orden impuesta por sus superiores para no incurrir en una falta por desobediencia. Siendo militar se ha visto obligado a abandonar el domicilio, por lo que lleva durmiendo en la calle cinco más de cinco días.
Este supuesto retraso en el pago de la cuota no es un hecho aislado y puntual que afecte solo a este guardia. Los gastos de comunidad vecinal se pagan por los adjudicatarios de los pabellones de forma anual o con acumulación de meses, siendo ésta una práctica habitual de la mayoría de los Guardias Civiles que viven en el Cuartel. En el caso de este guardia civil desahuciando ésta es la forma de pago que lleva realizando durante los 9 años en los que ha estado ocupando este pabellón, como también lo han hecho otros agentes a quienes no consta que se haya actuado de igual forma, ni se les ha obligado a abandonar su domicilio.
Por otra parte, al existir una asociación de vecinos, la deuda no debía reclamarse directamente por el Jefe del Acuartelamiento, esta reclamación debería haberse realizado por dicha asociación, y por vía civil.
El Guardia Civil, que se ha visto obligado a acatar las órdenes, como corresponde a un militar de carrera, ha solicitado a través del Diputado del Común auxilio al Defensor del Pueblo, además de interponer a través de su Abogado el correspondiente recurso de Alzada, a la espera de la resolución favorable del proceso, que le autorice a convivir nuevamente en el mismo domicilio que su mujer y su hijo de apenas unos meses.
