Es un ejemplo más de la doble, triple o enésima moral en la sociedad y en la prensa española. Si estuviéramos hablando de que un vicepresidente de una Diputación de la formación política VOX, fuera condenado por acoso a una trabajadora, estaría copando las portadas de todos los medios de comunicación a nivel nacional, abriendo los telediarios y protagonizando todos los espacios de magazines televisivos del corazón y políticos durante semanas, pero este tema pasa desapercibido hasta en los medios de comunicación de Andalucía a excepción de contadísimas excepciones.
Hasta hace unos minutos, las diferentes asociaciones feministas y los distintos sindicatos andaluces, todavía no han convocado ni una sola concentración a las puertas del Ayuntamiento de Las Cabezas o de la sede de la Diputación de Sevilla para exigir la inmediata dimisión del susodicho o en su caso el cese fulminante por parte del Presidente de la Institución Provincial.
El TSJA revoca la sentencia que había absuelto en primera instancia al vicepresidente de la Diputación y condena a Toajas por vulneración del derecho fundamental al honor, a la dignidad personal y profesional y la propia integridad física y, como ya hizo el juez de lo Penal con Navarro y Adelquivir, le impone el pago solidario de una indemnización de 6.251 euros a la trabajadora.
El TSJA concluye que Toajas “incluso coadyuvó material y directamente” al acoso “al ser coautor y primer responsable de la reorganización de funciones” por la que “se degrada” a la trabajadora “y se la aísla físicamente del resto del personal”.