Es evidente que en España, la doble vara de medir y la superioridad moral de la izquierda está presente en todos los ámbitos de la sociedad. Un ejemplo, es el que ha protagonizado Óscar Puente.
El portavoz del PSOE, partido del Gobierno que ha incrementado la deuda en España un 30% en 3 años (solo este año 168.213 millones de euros), que ha conseguido que se pierdan 17.000 millones de euros en inversión extranjera desde que llegó a Moncloa, el Gobierno que peor ha gestionado tanto la crisis sanitaria como la económica del Covid de la OCDE, que ha incrementado de forma escandalosa los ministerios y altos cargos, que se ha permitido episodios como lo de las 40 maletas cargadas de sabe Dios que, de hospitales como los de Valencia que salieron volando con el temporal, no sin antes haberse pulido cerca de 20 millones de euros, o atizar 53 millones de euros a una aerolínea de amigotes que tenía un solo avión operativo y cientos de episodios chuscos, ruines y lamentables que nos ofrecen en el día a día y resulta, que con todo su «papo», el alcalde vallisoletano se lanzó a sacudir a golpe de Tuit a Toni Cantó y a Isabel Díaz Ayuso por poner en valor y ejecutar su programa electoral, en el que aparecía reflejado, en su punto 108 la creación de la Oficina del Español.
El programa electoral del Partido Popular con el que fue a la cita del 4 de mayo de 2021 y que, en esencia era un calco del elaborado para 2019, contiene en el citado punto la creación de dicha oficina, pero ademas hay que recordar que Ayuso ha reducido en cuatro consejerías su Gobierno, con sus respectivos altos cargos, jefes de gabinetes, secretarias y chóferes.
Es de suponer que Puente, cada vez que hace las cuentas electorales se eche a temblar, puesto que sabe que le queda en el sillón exactamente lo que resta de legislatura, ya que la desaparición de C,s y la fusión de las dos almas del PP en la capital vallisoletana, le llevarán directamente a la oposición y cada cierto tiempo tiene la obligación de montar un follón para mantenerse en el candelero, pero a la vez, flaco favor hace a la ciudad de la que es alcalde y representa.
