Cuando hemos sobrepasado con creces el ecuador de la presente legislatura y, pese a llevar 6 años en el cargo, el actual alcalde de la capital del Pisuerga se ha quedado con cara de circunstancias al conocer que los Presupuestos que pretende aprobar su «adorado» Pedro Sánchez, no contemplan una partida realista que pueda hacer realidad la única gran inversión de la que hubiera podido hacer gala y llegar con algo de fuerza al final de legislatura.
Las encuestas, con la autodestrucción de la marca Cs, hacen prácticamente inviable que el PSOE vuelva a gobernar la ciudad de Valladolid, pero menos aún cuando, por mucho que el papel lo aguante todo y pretendan hacer ver que se han llevado a cabo las grandes líneas maestras de su programa, la realidad de la ciudad, es que en los 8 largos años en los que Puente ha gestionado el Ayuntamiento, no ha habido ni un solo proyecto dinamizador de la ciudad, más allá de destrozar el tráfico a ciertas horas, pintar y repintar las calles de forma absurda y remunicipalizar la empresa del agua, con los reventones de cañerías a los que los sufridos vallisoletanos se han tenido que acostumbrar.
El proyecto estrella de Puente, la Ciudad de la Justicia, se ha visto paralizado por el Ministerio de Justicia y ha resuelto que la inversión del Gobierno central para la nueva sede judicial unificada en la ciudad se contempla para los ejercicios 2024 y 2025 con 2,5 y 5,2 M€ respectivamente.
Un bofetón en toda regla de Sánchez a Puente que parece que ha dejado de gozar de su confianza y que si mira las barbas de Ábalos, Redondo y tantos otras «personas de confianza», lo mejor que puede hacer, es poner las suyas a remojar.
