La falta de transparencia es una constante en el Gobierno de Pedro Sánchez. Con los fondos de recuperación de la Unión Europea, destinados a hacer frente a la ruina provocada por la pandemia de la covid-19, parecía que la gestión gubernamental tenía que pasar por el aro de la inmaculada gestión por el estricto control de Bruselas, pero parece que el presidente ha optado por seguir el mismo camino: opacidad y premio a sus aliados y socios en el Ejecutivo.
En Periodista Digital hemos constatado en qué ha destinado casi 400 millones de euros de esos fondos de recuperación Pedro Sánchez. Dispendio difícil de explicar y, sobre todo, que a primera y segunda vista poco o nada tienen que ver con la pandemia que ha devastado, y todavía aún lo hace, buena parte de la economía española.
A saber, el presidente del Gobierno ha destinado nada más y nada menos que 100 millones de euros de los fondos de recuperación a UGT y CC. OO para reformar sus sedes sindicales.
Otros 18 millones de euros van para que distintos ayuntamientos (todos ellos socialistas o de sus aliados en coalición) peatonalicen algunas de sus calles.
Podemos también sale favorecido, como no: el ministerio de Irene Montero, Igualdad, recibirá nada más y nada menos que 50 millones para que se destinen a “proyectos feministas”.
Especialmente llamativo, ¿qué tendrá que ver esto con los fondos de ayudas covid?, resulta que Sánchez ‘regale’, 15 millones y medios de euros a la golpista televisión autonómica catalana, TV3. Ese dinero servirá para tapar, en parte, el enorme agujero político de esa televisión al servicio de los independentistas.
Sin demasiada información, y todavía a falta de confirmarse el listado de entidades agraciadas, el Gobierno socialcomunista ha adjudicado 110 millones de euros de esos fondos europeos de recuperación a varias ‘asociaciones igualitarias’, que en teoría luchan contra algo tan abstracto como la desigualdad.
Pedro Sánchez también se ha autoregalado 3 millones y mediosde euros para darse autobombo: publicidad del Gobierno en medios de comunicación y redes sociales.
Aunque la idea está muy bien, es imposible de encajar en las ayudas europeas por la pandemia a los 60 millones de euros que el Ejecutivo ha destinado para evitar las muertes de las aves por electrocución al chocar con cables de alta tensión o torres eléctricas. Una partida ecológica difícil de entender como el millón de euros que el Gobierno regala a varios autores, artistas, escritores para que viajen por España y se estimulen la mente.
Conclusión, así ha despilfarrado Pedro Sánchez los primeros 358 millones de euros de esas trascendentales e históricas ayudas de Bruselas. No es raro entender entonces a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, haya anunciado que llevará a Bruselas el reparto de los fondos europeos porque se han realizado por parte del Gobierno con «falta de transparencia total».