Estos eran lo que aterrizaron en política exigiendo transparencia a los demás.
Pero los cargos de Unidas Podemos ahuecan el ala en cuando se les pide que rindan cuentas.
El último ejemplo lo conforma Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, que a estas alturas aún no ha hecho públicos ni los gastos ni la relación de acompañantes del viaje que realizó en diciembre de 2021 para visitar al Papa Francisco.
La también vicepresidenta segunda del Ejecutivo socialcomunista no tiene a bien comulgar con la transparencia y se niega en redondo a ofrecer información alguna en torno al viaje que hizo para reunirse con el Santo Padre.
Los argumentos esgrimidos por el departamento de Díaz son variopintos.
En primer lugar, tal y como cuenta Okdiario, Josep Vendrell, jefe de gabinete de la ministra, asegura que ahora mismo no tiene en poder los datos concretos sobre el coste total del viaje desglosado en el gasto hotelero, las facturas de los restaurantes o el número de integrantes de la comitiva que acompañó a Díaz.
Pero es que tampoco se quiere dar detalle alguno sobre los hoteles en los que se pernoctó ni los restaurantes.
En este caso, la excusa empleada es la ‘sacrosanta’ Ley de Secretos Oficiales, el comodín de la llamada para el Ejecutivo sanchista en cuanto perciben que esa información puede servir de munición para los partidos de la oposición.
SIGUIENDO EL EJEMPLO DE PEDRO SÁNCHEZ
Yolanda Díaz no deja de seguir la estela del presidente del Gobierno.
En esta semana del 24 al 30 de enero de 2022 se conoció la negativa de Pedro Sánchez a ofrecer los gastos hoteleros de su gira por los Estados Unidos.
Una vez más, amparado en la Ley de Secretos Oficiales, el inquilino de La Moncloa ponía todas las trabas del mundo a desglosar el montante total del viaje, así como los conceptos individualizados.
Exactamente igual que lo que sucede con el uso del Falcon, donde Moncloa rechaza dar cualquier información sobre los desplazamientos del jefe del Ejecutivo.
Nada que ver, desde luego, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien no tuvo problema alguno de dar cumplida cuenta de los hoteles, restaurantes y los miembros de la comitiva que viajaron con ella hasta los Estados Unidos.
