El batacazo socialista en la noche del 13F ha sido descomunal, aunque es muy dificil de entender, que todavía haya exactamente 360.028 votantes socialistas y 61.262 de Podemos, después de la gestión que están llevando a cabo en el Gobierno de España.
Un PSOE «encamado» con lo mejor de cada casa, con los comunistas «caviar» de Podemos, aquellos que no iban a dejar dormir a su «sanchidaz» y que iban a traer las cartillas de racionamiento a los españoles, que se ha echado en brazos de los batasunos que organizan los «ongi etorris» a los asquerosos asesinos de ETA, que todavía tienen que esclarecer cerca de 400 asesinatos impunes de niños, mujeres y hombres españoles a los que asesinaron por el simple hecho de serlo, y los sediciosos y pelmas de los nacionalistas catalanes, que dieron el golpe en 2017, generando una tensión brutal en Cataluña y que tienen media ciudadanía atemorizada y sin poder siquiera estudiar en Español, todavía tiene el apoyo de casi un 30% de los castellanos y de los leoneses, lo que tendrá que analizarse seriamente.
Un PSOE que nos tiene a los españoles con la «lengua fuera», que cuando vas a llenar el depósito de combustible, solo nos falta llorar, que ha gestionado de la peor forma, de hecho ha sido la economía que más fuerte ha caido en toda la OCDE, la pandemia de COVID, que se ha apartado de la responsabilidad
Pero volviendo a extraño caso de la única ministra del ejecutivo sanchista en Moncloa, Reyes Maroto, natural de Medina del Campo, pero criada en la localidad vecina de Ataquines, ha visto como en su pueblo, la marca PSOE ha caído a tercera fuerza política, lo que no deja de ser un dato la mar de curioso y un claro ejemplo de la caida brutal que ha sufrido el PSOE estas elecciones autonómicas.