Hoy se han reunido por primera vez los primeros espadas de PP y VOX en Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo, junto a sus equipos asesores, se han sentado en la mesa a negociar los flecos para el único escenario posible, el pacto de ambas formaciones… Y lo saben.
Pese al empeño de Mañueco en hacer ver el abanico de posibles escenarios políticos para esta legislatura, entre otras, la negociación con los Grupos políticos que han conseguido actas de procuradores, como Soria Ya, UPL, XÁvila y Cs, la única suma posible para garantizar un Gobierno estable, es la suma resultante entre PP y VOX, ni más ni menos que 44 procuradores, tres por encima de la ansiada mayoria absoluta… Y lo saben.
En la mejor de las situaciones que puedan soñar a estas alturas en el PP, el experimento ese de la posible abstención del PSOE para conseguir investir a Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León con 31 procuradores, le llevaría por la calle de la amargura durante una tortuosa legislatura en la que, la geometría variable se convertiría en la geometría desastrosa. Un desbarajuste en toda regla, que no aportaría nada bueno al PP, y mucho menos al conjunto de los ciudadanos de Castilla y León. Cada paso se convertiría en una escalera… Y lo saben.
Por otro lado, es comprensible el empecinamiento de Mañueco en su intención de tener un Gobierno fuerte y en solitario con un acuerdo programático con VOX para aprobar las leyes que consensuen, pero a estas alturas de la película, es una quimera que no se va a producir… Y lo saben.
Desde el minuto uno de la vida política de Juan García-Gallardo, se han desgañitado lanzando a los cuatro vientos desde VOX que de ninguna de las maneras el PP soñara con la candidez que hasta ahora se ha llevado a cabo en otros territorios, como Madrid, Murcia y Andalucía, donde VOX, por diferentes situaciones, salvo en Murcia donde ejerce una consejera que fue en las filas del partido verde, se han limitado a ese acuerdo programático y del que tan pocos resultados han sacado, puesto que después, al no estar dentro de los Gobiernos, las palabras se las lleva el viento y no han podido demostrar que su política es el giro que necesitan las diferentes administraciones públicas… Y lo saben.
Por no hablar de la situacion de implosión que está sufriendo el PP desde que se filtró el supuesto espionaje de la lideresa popular Isabel Díaz Ayuso, que ha hecho saltar por los aires al PP, que necesita recomponerse de manera inmediata y lo último que necesitaría el PP en estos momentos, es que gracias a ellos, Luis Tudanca se convirtiera en presidente de la Junta de Castilla y León… Y lo saben.
Por todo esto, y mucho más, la única salida es la que es. Un pacto de PP con VOX, que plasmen un acuerdo programático y que desde dentro del Gobierno sean capaces entre ambos partidos de sacar adelente políticas imprescindibles para mejorar la calidad de vida de los castellanos y de los leoneses… Y cuanto antes mejor.
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