El ministro de Defensa de Ucrania criticó a los gobiernos que "ahora son medio comunistas o pro Putin" y citó directamente a España e Italia

Ucrania acusa al Gobierno de Sánchez de «pro Putin» y llama a una ‘revolución’ en las calles

Oleksi Reznikov pidió actuar contra los aliados del Kremlin: "Por favor, salid a las calles. Hagan manifestaciones. Pregúntenles qué han hecho por Ucrania"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consigue que España vuelva a quedar en vergüenza mundial por estar aliado con Podemos.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksi Reznikov, criticó a los gobiernos que «ahora son medio comunistas o pro Putin» durante su intervención en el Parlamento europeo este 18 de marzo de 2022.

El ministro ucraniano, a través de una conexión telemática en la que se dirigía a todos los parlamentarios, apeló a la necesidad de que «hagan un llamamiento a sus gobiernos». Así, insistía en la necesidad de que la población de esos países, entre los que citó directamente a España, salieran «a las calles» para manifestarse:

«Por favor, hagan un llamamiento a sus gobiernos y a los gobiernos que ahora son medio comunistas o pro Putin en estos países. Por favor, salid a las calles. Hagan manifestaciones. Pregúntenles qué han hecho por Ucrania. Me ha preguntado qué se puede hacer en España, en Italia».

El eurodiputado de Ciudadanos, José Ramón Bauzá, se hace eco del mensaje de Reznikov a través de Twitter y denuncia que el gobierno de Sánchez siga manteniendo su pacto con el sector ‘podemita’, quienes, reiteradamente, ensucian la imagen de España de cara a la comunidad internacional:

«Este es el momento en el que el Ministro de Defensa de Ucrania nos afea ante el Parlamento Europeo tener a los comunistas cómplices de Putin en el Gobierno. Es una vergüenza inmensa que Pedro Sánchez mantenga su alianza con Podemos a costa del prestigio internacional de España».

Más ayuda internacional

El ministro ucraniano señaló que el Ejército de Ucrania está capacitado para «pararle los pies» a Putin. Pero, también, subrayó la necesidad de una mayor ayuda internacional:

«Me alegro de la decisión rápida de enviar armas por valor de 500 millones, pero necesitamos más armas y medios para luchar contra el agresor«.

Reznikov defendió la creación de una zona de exclusión aérea para evitar que los misiles rusos sigan impactando en las ciudades ucranianas. Por ello, el ministro insistió en que la Unión Europea debía tomar una decisión rápidamente a este respecto, a pesar de que la OTAN sí rechazó esta medida públicamente en varias ocasiones porque, de aplicarse, podría desatarse la III Guerra Mundial.

Sánchez, marginado por EEUU

A pesar de que el líder socialista se apresuró a ofrecer su apoyo militar a Estados Unidos cuando la invasión rusa a Ucrania era solo un escenario posible a inicios de año, Joe Biden no dudó en dejarle fuera de las videoconferencias que el presidente norteamericano tuvo con otros siete líderes europeos el pasado 25 de enero.

Moncloa utilizó todos sus esfuerzos en un intento de justificar la ausencia de Sánchez del ‘war room’, mientras que rehuía cobardemente del desafío lanzado por la propia embajada de Rusia en España.

Si bien es conocido que Joe Biden no tiene ningún interés en acercarse a Sánchez (como quedó demostrado en la bochornosa ‘cumbre de los 30 segundos’ en el G-20 o en el vacío que le hizo tras la crisis de Afganistán), desde el Ejecutivo vienen haciendo malabares para negar la realidad.

La desconfianza al Gobierno de Sánchez también quedó demostrada el 27 de febrero, cuando el líder socialista presumió de haber mantenido una breve conversación telefónica con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para mostrarle «todo el apoyo y solidaridad de España ante la intolerable invasión de Putin».

La información salió a la luz por el propio líder del PSOE, quien lo publicó en su cuenta personal de Twitter minutos antes de la inauguración del Mobile World Congress (MWC).

Si bien Sánchez destacó el envío de dos aviones del Ejército del Aire este mismo domingo con 20 toneladas de material sanitario y equipos de protección, Zelenski no quedó nada satisfecho con la conversación que mantuvo con el socialista.

No en vano, es el único presidente al que no ha dedicado unas palabras de agradecimiento en sus redes sociales tras haber mantenido una llamada telefónica. Una situación que forzó a Sánchez a volver a llamarle pocos días después para presionar a un agradecimiento público, algo que hizo el líder ucraniano a regañadientes.

Otras humillaciones internacionales a Sánchez

No es la primera vez que el Gobierno de Pedro Sánchez protagoniza un ridículo mundial.

En diciembre de 2020, el PSOE y Podemos vivieron un estrepitoso fracaso para defender las ciudades de Ceuta y Melilla.

El Gobierno PSOE-Podemos convocó de urgencia a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, para exigirle una explicación por las declaraciones del primer ministro marroquí, Saadeddine El Othmani, en las que ha defendido que Ceuta y Melilla «son marroquíes como el Sáhara».

Lejos de intimidarse, Marruecos dio un paso al frente y se burló de un débil Gobierno en la propia cara de Pedro Sánchez y del Ministerio de Asuntos Exteriores, en manos de Arancha González Laya.

En el encuentro con la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores Cristina Gallach, la embajadora Benyaich precisó que Marruecos mantiene su postura en relación a Ceuta y Melilla. Es decir, no reconoce la soberanía española sobre las dos ciudades y las considera «ocupadas».

En este sentido, respaldó el pronunciamiento de Saadeddine El Othmani, sobre que «llegará el día en que vamos a reabrir el asunto de Ceuta y Melilla, territorios marroquíes como el Sáhara».

El único paso atrás dado fue reconocer que no es el momento de abordar esta cuestión con el Gobierno español.

«Primero hay que arreglar definitivamente el conflicto del Sáhara, que es nuestra prioridad absoluta«, dijo, solo unos días después de que su Gobierno se haya anotado una victoria diplomática con el apoyo de Donald Trump, que ha firmado el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Durante la rueda de prensa junto a la opositora bielorrusa Sveltana Tikanovskaya, González Laya ha relatado que Exteriores convocó a la embajadora para «pedir aclaraciones», que es la «fórmula diplomática» que se usa para expresar una protesta.

Gallach le trasladó a la embajadora y que «espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial» de España, según informó Exteriores en un comunicado.

Sin embargo, Marruecos se quedó con la última palabra y la amenaza de hacerse con las ciudades autónomas.

Corregir a González Laya

En julio de 2020, Arancha González Laya comenzó su visita oficial a Turquía con el pie izquierdo.

La ministra de Asuntos Exteriores protagonizó un bochornoso momento en la rueda de prensa con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu.

La ministra de Pedro Sánchez llega a Turquía en un momento de creciente tensión entre Ankara y la Unión Europea, como quedó demostrado cuando el político turco desautoriza y corrige a la española frente a los medios de comunicación.

El vergonzoso hecho ocurrió cuando la ministra reconoció que era importante que la reconvertida Gran Mezquita de Santa Sofía siga siendo parte del patrimonio mundial de la humanidad.

Tras el reciente decreto firmado por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan para que el templo pasara de museo a mezquita la semana pasada.

“Para España es importante que se mantenga el espíritu de este monumento que es una casa común para cristianos, católicos y musulmanes», dijo al tiempo que aseguró «nosotros creemos en el diálogo y dicho diálogo entre Turquía y la Unesco ayudará a preservar a Hagia Sophia”.

Mevlut Cavusoglu se mostró incómodo por las palabras de González Laya y no dudó en corregirla en frente de todos.

“Si no le he entendido mal, ella dijo que prefiere mantenerla (refiriéndose a Santa Sofía) como una casa común. Por supuesto, si ella se refiere a una casa común para preservar Santa Sofía como un lugar que es patrimonio cultural de la humanidad con todas sus características y que está abierto a todos. Esto está bien», y continuó «pero si ella se refiere a que Santa Sofía, que fue convertida en una gran mezquita, permanecerá como un lugar donde otras creencias también puedan rezar, no estamos de acuerdo con eso”.

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