Artículo de opinión

Raquel Sánchez, la idiotez y el sectarismo al frente de un ministerio

Raquel Sánchez
Raquel Sánchez PD

En España cualquier imbécil puede ser ministro…, y a las pruebas me remito.

Son más los ministros inútiles –en el gobierno actual, prácticamente todos-, que las personas competentes.

Es más, los inteligentes huyen de la política, como norma general, y ese campo que queda libre es ocupado por parados sin nada que hacer, sindicalistas, politicastros profesionales, femihistéricas, e inútiles en general, que en lugar de intentar ganarse la vida, trabajando honradamente, como todo el mundo, invaden el campo político, pues se vive muy bien subido al coche oficial, cobrando cien mil euros al año, como mínimo, viviendo en grandes pisos, en las mejoras zonas de Madrid, sin tener que pagar nada, etc.

Más la posibilidad de hacer chanchullos, adjudicar obras o servicios a amiguetes, que luego te dan la mordida o comisión correspondiente…, de forma que puedes acabar siendo millonario.

Felipe González, Bono, Ábalos, Illa, y tantos y tantos otros son un claro ejemplo de lo que digo.

Muchos de ellos acaban haciéndose “nacionales” de terceros países –González y Bono, por ejemplo-, por si acaso…

Y, por supuesto, la fortuna, de origen desconocido e incierto, se ubica en paraísos fiscales, huyendo de la Patria, un auténtico infierno fiscal.

Los políticos están para solucionar problemas, no para crearlos, como sucede en España, con la mayoría de ellos.

Pero claro, si se nombran ministros de cuota, según su sexo, procurando nombrar a homosexuales y lesbianas, para que se sientan debidamente “representados”, a catalanes y vascos, por lo mismo, etc., pues luego pasa lo que pasa, y estamos viendo.

Por no hablar de los ministros, ministras y menestras de Unidas Podemos, ese partido completamente desintegrado, que se agarran al coche oficial y al gran despacho, que habrá que echarles con aceite hirviendo.

Defienden lo   contrario de lo que predicaban, no les importa que el presimiento –no es un error- pase de ellos como de la mierda, o les humille, tanto en público como en privado, etc.

¿Qué van a hacer las pobres fuera de la política…?

¿Ponerse a fregar escaleras, que es para lo que valen?

Nombrar ministro de transportes a una indocumentada, ex alcaldesa de una pequeña localidad catalana, que no tiene ninguna otra experiencia, como no sea en gestionar las compras para la cocina de su casa, pero eso sí, es femihistérica recalcitrante y, supongo, medio independista catalana, pues los del PSC, no se sabe muy bien si quieren carne o pescado.

Es casi tan tonta como Iceta, y sólo espero que baile mejor que él.

Desde luego, pretender solucionar un grave problema, que amenaza con hacer pasar hambre a los españoles, ante la falta de abastecimientos, y empezar insultando a la parte contraria, con la actitud sectaria y paleta de esta individua, no tiene nombre.

Si Pedro Sánchez fuera inteligente, que no lo es (sí es retorcido malo y taimado), lo primero que haría sería cesar a esta señora, o hacerla dimitir, y nombrar a una persona inteligente, capaz, hábil negociador, etc., para solucionar el problema, que está enquistado, y amenaza con llevarse por delante a todo el desgobierno actual.

¿Pero hay alguien así en el actual partido sanchista…?

Ramiro GRAU MORANCHO,

Jurista y escritor.

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