Empieza a tener sentido por qué Pedro Sánchez mandó a la gran mayoría de ministros en otros vuelos con motivo de la celebración de la Conferencia de Presidentes en La Palma.
Se ciernen las sospechas sobre el inquilino de La Moncloa sobre una utilización torticera del avión oficial, del Falcon, en su desplazamiento a la Isla Bonita.
Ha bastado una simple pregunta al Ministerio de Presidencia, la sobre relación e identidad de los acompañantes que acudieron a la Conferencia de Presidentes en La Palma en el mismo vuelo fletado por Pedro Sánchez para obtener una respuesta que es digna de pasar a los anales de la antología de la desinformación.
La encargada de dar cumplica cuenta de la cuestión presentada fue la directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica, Judit González Pedraz y esta se limitó a remitir a la agenda del día del Gobierno, con los nombres de los ministros participantes en el encuentro autonómico, única información de interés público que, según esta alta funcionaria, puede ofrecerse.
Evidentemente, esta responsable cumplía órdenes directas del propio Gobierno para no dar cuenta sobre la identodad de los pasajeros que viajaban junto a Pedro Sánchez en el Falcon.
Para redondear la ‘jugada’, González Pedraz justifica su respuesta esgrimiendo la existencia de un dispositivo para la preservación de su seguridad personal y de la actividad que realiza del que no pueden ofrecerse detalles:
Dar a conocer el número y la identidad de las personas que conforman el dispositivo de cada desplazamiento implicaría desvelar pautas de actuación y datos específicos sobre planes de protección de autoridades cuyo conocimiento podría perjudicar la efectividad de los dispositivos de seguridad presentes y futuros. Ofrecer esa información puede poner en peligro la vida del presidente del Gobierno y de las personas que acompañan su actividad.
EL CABREO DE VARIOS MINISTROS
Quienes estaban citados para viajar el 12 de marzo de 2022 a la isla de La Palma con motivo de la Conferencia de Presidentes, vieron con desagradable sorpresa que el jefe del Ejecutivo les había fletado un chárter.
Y es que, dado que este es un Gobierno que supuestamente está preocupado por los altos niveles de contaminación, lo lógico es que todo el séquito presidencial hubiese ido en el avión presidencial, en el Falcon.
Pero Sánchez dijo nones y no les quedó más remedio a esos ministros que tomar el avión que el propio Ejecutivo había fletado, un chárter operado por la compañía Iberia.
Así que las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente; el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero; la ministra de Sanidad, Carolina Darias y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tuvieron que partir desde la Base Aérea de Torrejón.
Otros que tuvieron más fortuna y viajaron en Falcon, pero diferente al de Sánchez fueron los titulares de Presidencia, Félix Bolaños; Interior, Fernando Grande-Marlaska y Política Territorial, Isabel Rodríguez.