Se veía venir.
El hombre de Pedro Sánchez para intentar hacerse con la poltrona del Palacio de San Telmo tiene todos los números para llevarse un guantazo en las urnas en la jornada del 19 de junio de 2022.
Eso lo sabe a la perfección el presidente del Gobierno que ha optado por una decisión drástica, escapar a vela llena de esta comunidad autónoma y dejar abandonado a su suerte al cabeza de cartel socialista.
Está claro que la tragedia se masca en el partido de la calle Ferraz y en el propio Palacio de La Moncloa. Así que ante ese negro escenario que la demoscopia vaticina, Sánchez ha optado por no participar activamente en la campaña de los comicios andaluces.
Por lo pronto, y es todo un gesto más que significativo, el jefe del Ejecutivo socialcomunista no estará presente en la clásica pegada de carteles y mitin inicial de Juan Espadas en la medianoche del 3 de junio de 2022.
Pero es que hay más. Normalmente hay detrás de la propia campaña un responsable, un director que tiene que diseñar lo que serán 16 días de auténtico frenesí por todas las ciudades y localidades andaluzas.
Pues esta vez ni eso. No hay un director al uso y toda la estrategia será colegiada y, a buen seguro, se tomarán decisiones sobre la marcha, muchas de ellas condicionadas por lo que digan las interminables encuestas que irán saliendo hasta la última semana de la campaña.
Pedro Sánchez, eso sí, mandará a Andalucía a todos sus ministros para que apoyen a Espadas en los diferentes actos programados desde el arranque de la campaña electoral hasta el colofón de misma, el 17 de junio de 2022.
Únicamente, de salir alguna encuesta favorable al PSOE, tal vez el inquilino de La Moncloa opte por coger el Falcon y plantarse en algún mitin. Pero la intención original es estar en un plano secundario, casi irrelevante y, en todo caso, utilizar los próximos Consejos de Ministros para intentar influir en el electorado andaluz.
EL ‘ALIVIO’ DEL PSOE: REPETIR LOS RESULTADOS DE SUSANA DÍAZ EN 2018
Aunque Juan Espadas y el PSOE pretendan vender optimismo entre los suyos, lo cierto es que en su fuero interno casi se darían con un canto en los dientes por repetir el resultado logrado por Susana Díaz en diciembre de 2018.
La expresidenta andaluza ganó. Pero los 33 diputados, a 22 de la mayoría absoluta, la condenaron a pasar a la oposición. Esa cifra, que entonces se vio como un fracaso en toda regla, se consideraría a día de hoy como un triunfo.
Aún así, aunque Pedro Sánchez haya decidido borrarse casi por completo de la campaña andaluza, es también plenamente consciente de que la misma noche del 19-J y en los días posteriores tendrá que asumir la responsabilidad de los resultados.
Entre otras razones porque quien decidió decapitar, políticamente hablando, a Susana Díaz fue el propio líder del PSOE para colocar en su lugar a Juan Espadas. Dicho en plata, Sánchez no puede ponerse de perfil ante un eventual revolcón de su candidato en Andalucía.