Ayer se vivió un pleno tenso y crispado, en el que la izquierda castellano y leonesa dejó claro que es lo que nos vamos a encontrar en los plenos que se celebren en la presente legislatura. Tensión, manipulación, tergiversación y polémica «a tutiplén».
El PSOE planteó una PNL para «reprobar el comportamiento» de Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León por una supuesta conducta reprobable y las supuestas «palabras inadmisibles» contra la procuradora socialista Noelia Frutos.
El PSOE, que ayer se tuvo que «comer con patatas» que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, calificara de «disminuidos» a las personas con discapacidad, se lanzaron en tromba contra el vicepresidente de la Junta por la manipulación de unas palabras por parte de los medios de comunicación.
Era evidente que esta PNL no iba a llegar a ningún lado, puesto que la suma del PP y VOX impide que este tipo de subterfugios y «charlotadas» puedan salir adelante, pero desde la extrema izquierda se esmeraron y recrearon en la suerte.
García-Gallardo, intervino al finalizar el debate para acusar a los socialistas de «intrumentalizar» la discapacidad de Noelia Frutos y a esta de permitirlo.
El PP, con Raúl de la Hoz como portavoz, intentó llevar el tema por la senda de la sensatez y solicitó cambiar la reprobación por una iniciativa para impulsar las políticas en favor de las personas con discapacidad, pero la extrema izquierda no quiso tomar esta salida digna y continuó encelado en la reprobación hasta que se dieron de bruces con la realidad parlamentaria.
Lo que se vivió con esta moción de reprobación es la forma que ha elegido la oposición en Castilla y León de hacer política, la política de la confrontación, del cabreo constante, de las reprobaciones infinitas y de la política de «guerrilla».
